jueves, 24 de marzo de 2011

El Cerebro de un Piloto de F18


Cuando un piloto de F18 aprieta el botón rojo marcado con las cuatro letras FIRE, se considera a sí mismo como el último elemento de una cadena de mando-planificación-ejecución en la que él se limita a realizar de forma eficaz "su trabajo". Le han enseñado a controlar las emociones porque pueden interferir en la eficacia de su actuación; y una vez en tierra se cuidará de que las imágenes de su ataque no tengan significado emocional alguno, se trata de simples fotografías recordadas como los "resultados de su trabajo" y a las que etiquetará poniendo de manifiesto la calidad del mismo. El piloto está convencido de que es un instrumento de la cadena de acciones de combate en la que los auténticos responsables están más arriba; necesita interiormente desplazar la responsabilidad de la acción agresiva a la cadena de mando de la que ha surgido la orden, una cadena de mando tan dilatada y tan amplia que la responsabilidad de la orden queda parcialmente diluida a lo largo de ella. Está tranquilo, debe estarlo para desarrollar a la perfección una labor tan "exquisitamente delicada", y que transcurre a una velocidad que no podemos ni siquiera imaginar, en décimas de segundo.

El único pensamiento es destruir el objetivo, destruir al enemigo, cumplir la misión. Y para ello lleva dos máquinas: 1) una el avión, un diseño de alta tecnología que paradójicamente permite ver el mundo al revés; y 2) dos, un cerebro construido "a prueba de bombas" para en el aire ser frío y eficaz; él sólo cumple órdenes y se limita a batir al enemigo.

El piloto ha sido entrenado para conocer y mantener una relación muy íntima con su avión. Se trata de un vínculo que llega más allá del tradicional soldado-fusil; el avión no es sólo el arma con la que atacar al enemigo, es también el que le mantiene vivo en el aire. La vida del piloto depende de su avión y esa dependencia expresa especialmente la relación existente entre ambos; esa vinculación extrema o "matrimonio simbiótico" marca una actuación especial, una prolongación hombre-máquina donde cada deseo del piloto tiene su réplica en un movimiento del avión. Estas circunstancias hacen que los preparadores de los pilotos tomen muy en serio las pruebas de selección en función de determinados perfiles de personalidad y la presencia de capacidades específicas. Han de tener un nivel alto de estabilidad emocional, alta motivación de logro, habilidad espacial, baja ansiedad ante la muerte, rapidez en la toma decisiones, alta necesidad de adhesión que se consigue gracias a la estructura jerárquica del mando, y una mente fría que no mide las consecuencias de sus actos.

La selección y el entrenamiento de los pilotos de combate
suelen ser muy duros. Se les enseña a considerar todos y cada uno de los detalles para utilizar "su máquina" hasta una precisión milimétrica, la perfección en la destrucción del objetivo; y de forma muy sutil se les inculca también el odio al enemigo, la necesidad ideológica de contribuir a los "intereses nacionales", la cooperación y dependencia con los compañeros de armas, y la posibilidad de ofrendar una porción de la propia individualidad. Un piloto en combate tiene la posibilidad de satisfacer estas necesidades particulares que han sido fomentadas y desarrolladas, por lo que resulta gratificante para muchos el hecho de salir a bombardear Trípoli; ellos llevan muchas veces un sobrenombre que les identifica con animales agresivos, p.ej. Cobra 1, Leopardo 4..., que también aparecen reflejados en sus cascos.

Por otro lado, están entrenados para tener gran confianza en sí mismos y en sus compañeros, hasta el punto de que si alguno cae tiene la plena seguridad de que será rescatado. Esto les hace pensar que son invencibles; en el cerebro de un piloto de F18, qué duda cabe, hay cierta dosis de megalomanía.

Después, cuando se desarrolla la conciencia, los pilotos que han intervenido en los bombardeos y han visto los efectos de su acción, que son muy jóvenes y tienen una formación muy variada y rigurosa, pero que ven con sus propios ojos imágenes a las que en un principio no dieron significado emocional alguno, pueden después vivir con cuadros clínicos por algo tan "normal" e "inocente" como es el desempeño de su ejercicio profesional: destruir el objetivo, destruir al enemigo, cumplir la misión

miércoles, 23 de marzo de 2011

La Neurosis del Poder

Diputado: Es un momento muy duro el que estoy pasando. En el partido me han dicho que… Necesito algo que me dé fuerza.
Psicólogo: ¿Y cree que este problema puede solucionarse con pastillas?
Diputado: En fin ya sabe como es nuestra actividad. A veces no se consigue dormir o te sientes nervioso, y tomas lo primero que te cae en las manos.
Psicólogo: ¿Se siente satisfecho con su vida?
Diputado: ¿Satisfecho?, como el que siempre tiene miedo. Mientras cuente con el partido, soy un dios; pero si me dan de lado, no soy nadie. Uno no puede fiarse: quien hoy está contigo mañana puede traicionarte …
Piden ayuda porque sin el cargo padecen angustia de no existir:
¿Pero si dejo este cargo, qué hago?
Si dejo de ser alcalde, necesito ser diputado.
Si dejo el sillón de rector tengo que ser consejero; si no ¿qué hago?
Si ya no soy concejal tendré que ser director general de algo.

Aquel que ha disfrutado de privilegios durante años, sin tener capacidad para merecerlo, ¿cómo podrá sobrevivir sin un cargo.

jueves, 17 de marzo de 2011

¿Karoshi en Murcia?

Hace unas semanas publiqué un breve artículo sobre la hibrys de los políticos, y tuvo su interés, según me dice una periodista desde Madrid. Ahora me piden algo parecido sobre Karoshi (como si yo fuera especialista en nombres exóticos), también para un reportaje.

El Karoshi -no sé si conoces el fenómeno- provoca que los trabajadores se suiciden (o mueran de forma no voluntaria) por un exceso de trabajo. He pensado que tal vez me puedas ayudar por tu conocimiento sobre la vida y milagos de personas influyentes. Ya les he dicho a los periodistas que en Murcia no hay karoshi; que aquí se vive como dios y que esta vez muy poco puedo aportar yo. Pero en nuevos correos me piden que diga..., ¡qué insistencia para que hable de algo que no me interesa!

Busco karoshi por todo el territorio regional y casi no encuentro nada; a lo más los apuros del Alcalde Cámara con motivo de temas urbanísticos, pero ¿es esto karoshi?, no me lo parece; con más cara que espaldas, Cámara acaba de decir que es feliz (después de 16 años en el sillón de la Glorieta), y que sólo necesita para su felicidad seguir siendo alcalde. Observo el comportamiento del autor del nuevo aeropuesto, y tampoco veo karoshi por ninguna parte; esto me tranquiliza, Ballesta no se suicida. El presidente de la patronal, los directores de las Cajas de ahorros, el presidente del Real Murcia, el Rector de la Universidad, el cardenal Mendoza etc. etc., afortunadamente, no son víctimas de karoshi. Únicamente, he encontrado indicios de este fenómeno japonés en el presidente Valcárcel, después del episodio frente a su casa de la Gran Via, y en el Alcalde de Totana, según me cuenta su novia brasileira.

En fín que he tenido que salir de Murcia para entender el fenómeno. Botín (me dicen que apenas duerme), Rubalcaba (que apenas come), Zapatero (que apenas piensa) y una larga lista son candidatos a karoshi, si no toman medidas de urgencia, y trabajan menos. No así Rajoy que se le ve muy relajado.
En situación de alto riesgo se encuentran Camps y Gadafi.

Si este correo sirve para que trabajes menos y disfrutes más, me doy por satisfecho. Y si encuentras algún "karoshi-mao" en Murcia, o algún "marchante de la huerta" con estrés crónico, me los mandas para el reportaje.

miércoles, 9 de marzo de 2011

TIPOLOGÍA UNIVERSITARIA


Desde la perspectiva del llamado estilo universitario, hay autores que clasifican, jocosamente, a los sujetos en tres grupos o categorías:

PRIMERA. Personas Inteligentes : Son las que hablan de nuevas ideas, nuevos proyectos, sueños realizables, metas inalcanzables.
SEGUNDA. Personas Mediocres: Son las que hablan del tiempo, de las comidas, de la moda, del dinero, del "carguito" o de cómo conseguirlo.
TERCERA. Personas H. P. Son las que hablan de los demás, y sobre todo les hacen la “puñeta”.

Podríamos señalar también subcategorías en cada uno de estos grandes grupos, pero es materia de prácticas en psicopatología.
Los diferentes tipos alcanzan especial significado, si se analizan desde la perspectiva de la Psicología de la Educación o la Pedagogía Social. Pero lo más divertido es clasificar a los sujetos, teniendo en cuenta la Psicología Evolutiva. Se da el caso, -si tomamos como unidad de análisis la universidad pública española-, de que un sujeto/a perteneciente a la primera categoría al entrar en la institución, pasa a formar parte del segundo grupo cuando ya es doctor; y finalmente al cabo de unos años, si consigue plaza de funcionario, se instala definitivamente en el tercer grupo.
El proceso evolutivo es más evidente aún, si este funcionario ha recorrido ya el camino de sumisión que supone en muchos casos el paso de TU a CU.

En la sociedad en general, ocurre prácticamente lo mismo. Muchos se transforman de forma súbita en H. P., al ocupar un sillón.

Lo menos que podría decirse del poder es, que su vocación ya resulta sospechosa.

viernes, 4 de marzo de 2011

AHORA NO SABEN QUÉ HACER CON ÉL

Gadafi no siempre fue así. En realidad, en sus primeros años hizo la reforma agraria y la nacionalización del petróleo , dedicando gran parte de los recursos a mejorar el bienestar social de las clases populares. Sus primeros años se caracterizaron por un intervencionismo del estado en la economía, que incluía la nacionalización del crédito a través del Banco Central Estatal. Y presentó aquella experiencia como la tercera vía entre capitalismo y el socialismo, asociado entonces a la Unión Soviética.

Esa tercera vía se transformó, más tarde, en capitalismo popular, desarrollando políticas públicas que cambiaron significativamente muchas de las reformas que había realizado en los primeros años de su mandato. Una de tales medidas fue favorecer la privatización de las empresas productoras y distribuidoras de petróleo, facilitando y estimulando la inversión extranjera, la cual alcanzó su máxima expresión en la década de los noventa. Los gobiernos occidentales compitieron para conseguir favores de Gadafi. El gobierno de Blair incluso liberó a los responsables del atentado terrorista del avión Pa Nam, que había ocurrido en territorio británico y Berlusconi realizó campañas de promoción de Gadafi . Y para no ser menos el Presidente Aznar primero, seguido de Zapatero y del propio Rey visitaron a Gadafi con una lista de ruegos e inversiones. Estas privatizaciones alcanzaron a la mayoría de las empresas públicas que -realizadas dentro de un sistema dictatorial- fueron acompañadas de una gran corrupción que enriqueció a los miembros de la familia Gadafi. Los cambios , alabados entonces por Aznar, se hicieron bajo la supervisión del Fondo Monetario Internacional (FMI) que, en su último informe, señalaba el estado de la economía de Libia como muy bueno.

Lo que esta visión optimista de la economía libia ocultaba es que tales medidas, estaban dañando muy seriamente a las clases populares. La subida de los precios de los alimentos y la eliminación de los subsidios públicos crearon revueltas que precedieron a la última movilización. Al final la gente ha salido a la calle para exigir al dictador y a su camarilla el final del régimen.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que las armas y equipamientos de represión que Gadafi tiene a su disposición fue suministrada por EEUU, Gran Bretaña , Francia y España. Hablar de Gadafi es hablar de corrupción y armas para adquirir petróleo por parte de poderes autodefinidos como defensores de los derechos humanos. Ahora no saben muy bien qué hacer.


miércoles, 2 de marzo de 2011

SU GENEROSIDAD CAUTIVÓ A MUCHOS

Generoso, interesante, atractivo, espiritual, artista, un ser sensible, fuera de lo común…,¡y ha muerto tan joven!... No ahorran calificativos los que le conocieron o fueron alumnos suyos para describir al profesor de Arte, Javier López Navarro, que era diferente.

En estos momentos mi corazón sufre al saber lo que le ha pasado y de qué forma, me escribe un antiguo alumno desde Madrid. “Siento su muerte, porque de alguna forma revivo una parte de mi vida con Javier, al que conocí como un ser espiritual, con la seguridad de que existía más vida después de esta vida que tanto sufrimiento le causaba”. Javier buscaba con insistencia el sentido de la vida.

Este es el perfil de un hombre crítico con esta sociedad frívola y estúpida. Un hombre especial como persona, y un modelo a imitar como profesor. Sus hijos José Javier y Rocío han perdido un padre, pero conservan un ejemplo a seguir. Otra vez leo y oigo las mismas cosas: “Javier era un hombre muy atractivo y con una conversación muy interesante”. En algún lugar se encuentra su energía, dice una antigua alumna; “yo estoy convencida que en ese momento su alma se liberó, voló, así lo espero”.

Era un Viernes por la noche sobre las doce menos diez. Los que presenciamos el accidente, sufrimos mucho. No hay derecho, no hay derecho..., me decía yo a mí mismo. Alguien me envía un correo electrónico: “espero que al menos no sufriera y su agonía fuera rápida. Lo siento por sus hijos, sufrió mucho por ellos”.

Ha sido noble, excesivo, formidable, imposible, grande, generoso, singular, profundo, extraordinario… Bien puede decir ahora Javier, con toda razón: “Confieso que he vivido”.