Es encantador, magnifico, imprevisible…, y además nos quiere
gobernar. Ha venido a Murcia, invitado por miembros del Pepé, mientras los directivos
de su propio partido, el PSRM, le daban plantón. Presentaba, -arropado por el
"Cardenal" Mendoza-, un libro “les voy a
contar”. Este es título de un texto infumable, que cuenta cosas que ya no interesan. Pues, déjenme que les cuente: el ex-presidente del Congreso de los
Diputados, al parecer ya retirado de la vida política, quiere ahora ser
Secretario General del PSOE y candidato a la Presidencia del Gobierno. De
fuentes bien informadas, “les voy a
contar” que algunos
sectores minoritarios de su partido, quieren postularlo para que nos
gobierne. Mientras este prodigioso acontecimiento tiene lugar, pueden disfrutar
leyendo el “les voy a contar”. Sólo cuesta 24.50
euros, que para los
tiempos que corren, es muy asequible, ¡qué quieren que les cuente! No puedo ocultar mi simpatía y
admiración por el personaje; hasta el punto que he dedicado varias columnas de
prensa a su versatilidad. Y me escribió. Sí, sí, me
escribió Bono, con motivo de un artículo de opinión. Tuvo la
gentileza de referirse al artículo que adjunto. Para no desmerecer, puse el título en latín, “In hoc, non laudo”, ya que
Bono se había expresado en latín al inicio de nuestra cariñosa controversia en el diario El País; “Homo tamen”, titulaba.
IN HOC, NON LAUDO (1)
Siempre que su imagen aparece en televisión o habla en la Radio, da la sensación de que acaba de celebrar un pontifical y se dispone a impartir su bendición apostólica. No comunica estrés ni ajetreo descontrolado, sino actividad incesante, ininterrumpida, y siempre con sentido trascendente. Extremadamente habilidoso, con unos ojos grandes capaces de hipnotizar a los incautos, y un verbo suelto y complaciente pero de rancio abolengo que trasmite un subliminal mensaje: el poder sigue siendo propiedad de la derecha...
No me estoy refiriendo al obispo
de Mondoñedo, y a su trabajo continuado en “defensa” de los matrimonios gays
a lo largo del verano. El hombre al que me refiero se llama José Bono Martínez.
Se trata de un hombre bono, como su
nombre indica, y también un gobernante eficaz. Pero a mí particularmente, se me
antoja una reencarnación del espíritu de la Escuela Nacional
Católica, es decir de aquellas gentes que representaron y siguen representando
en la memoria de muchos “lo mejor”, que este país ha dado, “mi padre era falangista, yo soy socialista; pero yo no soy mejor que
mi padre” ¿Qué nos quiere decir Bono?
¿El contenido del cambio será hacerse falangista?
El veintiocho de Agosto, Bono
hace unas declaraciones utilizando la frase latina “HOMO TAMEN..., y sin embargo hombre”, para hacer un panegírico del
cardenal de Toledo que acaba de morir.
Don Marcelo González es un ejemplo a seguir, según se desprende de las palabras
de Bono. Ya lo gritaba entonces los falangistas, guerrilleros de Cristo Rey y
demás partidarios del dictador en el entierro de Franco, presidido por el
obispo fallecido: Don Marcelo es el “obispo
de España”, al tiempo que exigían “Tarancón
al paredón”, refiriéndose al cardenal de Madrid.
Dónde estaba Bono cuando estos
acontecimientos tenían lugar, y el TOP sancionaba a cuantos tenían la osadía de
cuestionar al Autócrata, bendecido y apoyado hasta su entierro por el bueno de
don Marcelo y ¿también de su “monaguillo bono”?. Nadie duda de la virtudes del
arzobispo fallecido, ni mucho menos de las de José Bono, pero llama
poderosamente la atención que el discurso del político, se parezca bastante al
del presidente de la Conferencia Episcopal.
Se necesita mucho valor para pronunciar ciertas palabras
hoy en día desde el partido del cambio. Bono, después de licenciarse en la Universidad de Deusto
en el setenta, llegó más tarde al PSOE de la mano del profesor Tierno, pero,
por lo visto, no acaba de encontrar el lugar, el momento y la medida. Pienso
que hoy por hoy el partido socialista le queda pequeño a Bono. Entre las gentes
de derechas y las de izquierdas, -utilizo la terminología convencional-, hay
una diferencia que considero importante: los primeros tienen una memoria
familiar, los segundos colectiva.
Con el debido respeto, ya que nos
recuerda la frase latina tan divulgada Homines
tamen, a propósito de don Marcelo, yo, ciudadano de a pié, tengo el
atrevimiento de decirle, también en latín: IN HOC NON LAUDO.
(1) En esto no te aplaudo.
(1) En esto no te aplaudo.