Nadie debería pasar un día sin darse un placer.
Entrevista. Diario La Verdad, 24 de Agosto, 2013.
De ideas voladoras,
tolerante en exceso, libertario, enemigo de políticos buhoneros, de duelo por
la juventud perdida, temeroso de su ojo clínico. Recién jubilado como profesor
de la UMU tras
treinta años entre el claustro y la palestra, José Buendía siempre tuvo dos
cosas claras: que la edad es un estado de la mente y que la ambivalencia es el
origen de todas las patologías. Acaba de volver de Perú -algo trama- y tiene
tiempo para escribir y pensar. Fue absuelto en los sesenta por «incitación a la
rebelión y propaganda ilegal», acusación fatídica para muchos, pues aquello
acrecentó su interés por lo social y por conspirar contra los «cantamañanas».
Con él viaja la polémica; el último libro que ha firmado es 'El impacto
psicológico del desempleo' (Edit.um). Se precia de conocer secretos «de gente
indeseable». No quiso ser director de la cárcel. Y no se resiste a ver cumplido
su sueño: ser piloto de aviación. Con su pasmosa habilidad para fabricarse
halos de misterio, seguro que irritaría a todo el pasaje... Y al verano, a sus
70 años, dice que le tiene miedo.
-¿No esperaba este momento?
-¡¡¡Eso me pregunta todo el mundo, ¡pero yo no me
jubilo!!!! La jubilación es un logro de la sociedad, pero cuando es obligatoria
se convierte en un sistema perverso de control social que desaloja a sus más
cualificados elementos de producción.
-Se dice que es periodo de júbilo.
-En algunos paises, hay profesores
que siguen investigando independiente de la edad, porque son los que mejor saben hacerlo
¿Qué sentido tiene jubilarse? Por mi parte, voy a seguir trabajando en otro lugar, con otra
gente, en otra universidad, probablemente americana, o en mi casa.
-Una de sus líneas de trabajo es el
proceso de envejecimiento. ¿A qué conclusiones ha llegado?
-Que hay que estar activos mentalmente, activos
socialmente y activos físicamente. Si tú no tienes una estructura que dé
sentido a tu vida, no tienes nada que hacer. El aprendizaje es, sobre todo,
salud.
-La jubilación y la pérdida del empleo
provocan cataclismos en muchísimas personas. ¿Por qué?
-El trabajo es muy importante. Desde pequeños nos
preparamos para desarrollar un trabajo. Y cuando pierdes el trabajo pierdes tu
identidad. O bien porque te jubilan o porque te despiden. El drama es muy
fuerte, porque atenta contra tu propia identidad.
-¿Qué tenemos que tener claro?
-Hay dos cosas. Una es lo que queremos ser y otra
es que el poder de las ideas es inmenso. Si tú tienes una idea clara de lo que
quieres y a dónde quieres ir, ¿qué más necesitas? Por desgracia, en la
población general lo que hoy predomina es el miedo y la desesperanza. La
desesperanza es la antesala del suicidio.
-¿Cómo podemos distinguir la desesperanza
de la depresión?
-La desesperanza nuclear significa que has
perdido el sentido de tu vida totalmente. Es destrucción, parálisis y miedo. Lo contrario a la
fuerza de la esperanza. En esta Región de Murcia nuestra, que yo calificaría en
términos psicopatológicos de bipolar, aparece con mucha fuerza el miedo y la
desesperanza en determinados colectivos. Con lo de
bipolar quiero decir que la gente ya parece estar otra vez dispuesta a ir a lo
anterior, a la pompa de jabón de la construcción y ese tipo de cosas.
-Los vulnerables, ¿quiénes son?
-Hay dos grupos muy vulnerables en este momento:
las personas mayores, de 75 años hacia arriba, porque la edad psicológica no
coincide con la edad cronológica. Y luego están los jóvenes, que no me
preocupan, porque son jóvenes y tienen salud, y tendrán salidas por donde sea,
y aprenderán chino, ruso, alemán... lo que haga falta. La desesperanza está en empleados y en funcionarios, que no encuentran salida en su profesión y
están viendo que todo va a peor.
-¿Con qué hay que ilusionarse?
-La sociedad del futuro será la que nosotros
queramos que sea, tal vez no con la celeridad que querríamos. Yo antepongo a
todo la fuerza de las ideas. . Si
yo tuviera que dar un consejo sería : responde a los desafíos de la realidad con ideas. Las ideas son muy poderosas , y ahora
faltan ideas.
-¿Cómo son los individuos considerados
sanos mentalmente?
-La salud es como la vida, hay buenos y malos
momentos. Una persona sana es aquella que es capaz de amar y de trabajar. Si no
puede amar o no puede trabajar, está enfermo. Si tú estás bien, tú amas a pleno
pulmón, y trabajas de forma creativa, de forma extraordinaria.
-¿Estamos peor de lo que parece?
-Somos muy quejicas. Estamos en una sociedad en
que no queremos tener problemas, que no nos duela nada. Y yo creo mucho en la
gente que desarrolla la capacidad de sacrificio, como los escaladores. Nos
deberíamos meter de lleno en la educación de los niños para que estén
preparados para la vida y se entrenen, eso quiere decir que tienen que hablar
idiomas y, si puede ser, el inglés mejor que el castellano.
-¿El diván es un confesionario?
-Puede serlo. Yo he recibido a mucha gente a lo largo de mi
carrera profesional, y de alguno guardo el secreto de un crimen perfecto.
Ni la Policía
ni los jueces conocen a estas alturas el comportamiento de algunos de ellos.
Son casos duros.
-¿A quién no prestaría ayuda?
-Siempre he estado en contra del delito,
obviamente. Pero he estado a favor del delincuente, sobre todo cuando se trata
de un menor, si creía yo que era recuperable. Y eso es algo que se me ha
criticado y que no se ha entendido mucho. Si es recuperable y
puede rehacer su vida, mi deber es ayudarle. Hablando de delincuentes, yo estoy
en contra del supuesto delito de Bárcenas. No estoy en contra de él como persona. Pero que no cuente
conmigo como psicólogo. No hay tiempo para atender a ese personal.
-¿Qué le pasa al pájaro enjaulado?
-Digo que no se puede curar en cautividad.
-¿Qué tiene claro sobre usted?
-Soy libertario, independiente, propugno la
acción directa, la autogestión, y no obedezco consignas.
-¿De qué le han acusado?
-Me pueden acusar de radical y de decir lo que
pienso. Yo, en la academia, digo todo lo que tengo que decir. Los que no dicen
lo que piensan son víctimas de su propio miedo.
-¿Para qué queremos psicólogos?
-Uno cuando se siente desbordado no cabe en sí.
La presión estimulativa es tal que tú no puedes darle cauce, y necesitas, con
otra persona, poner un poco de orden en el conflicto o a tu situación. Hay
gente que se maneja sola y no necesita profesionales, y otras personas que sí.
En cualquier patología hay que usar técnicas psicológicas y no ahogar el
síndrome solo con fármacos.
-En el verano, una estación propicia para
la reflexión y el autoanálisis, ¿qué decisiones se toman?
-El verano es un tiempo "peligroso". Por muchas
cosas. Por el calor, por el hacinamiento de muchos familiares en casas pequeñas
de playa... Como tienes tiempo libre le das más vueltas al problema que tú
tienes. Por ejemplo, a tu relación sentimental. Es tiempo para el ocio, pero
después del verano es cuando más decisiones de divorcio se producen. Cuando
estás en el trabajo, tú vienes y vas, pero en el verano piensas.
-¿Tiene nietos?
-No.
-¿Tiene hijos?
-No.
-¿Qué tiene?
-(Risas) Tengo una persona a mi lado -es mujer-,
que es más inteligente que yo, y hace que yo no cometa muchos errores.
-¿Por qué es tan débil el amor?
-Es débil porque la gente se engaña. El amor
romántico no funciona. El amor de los veranos, el rollo veraniego, es un
problema, aunque es muy dulce y deja muy buenos recuerdos. Sobre todo en los
litorales, donde hay sitios y lugares para beber y para estar... El amor
romántico dura 32 meses, como máximo, si hay contacto. Si no hay contacto dura,
como 'Romeo y Julieta', toda la vida, pero al nivel de fantasía.
-¿Y por qué tropezamos tanto?
-Los adolescentes perpetuos, los románticos incorregibles..., están llamados a fracasar y tendrán la primera, la
segunda, la tercera pareja, cuantas sean. Para llevar a buen puerto una
relación sentimental, con hijos y tal, es necesario tener una serie de
condiciones, y justamente los que más empeño ponen en casarse son los que
carecen de esas condiciones. Antes de tomar una decisión de estas es mejor
pensárselo dos veces. Esos matrimonios a 40 años cada vez son menos.
-¿El desamor tiene reparación?
-Es una sensación de abandono, y antes, durante y
después de que ocurra eso hay que pararse a pensar. En la realidad siempre hay salidas, a veces no las que tú
querrías. En la fantasía no hay más salida que la locura. Hay que estar en contacto con la realidad.
-¿Cuáles son las claves para que una pareja
vaya viento en popa?
-El criterio es la capacidad de dar y recibir.
Una pareja nunca funcionará bien si uno da y el otro recibe, y el otro recibe y
no da. El criterio clave de salud es la capacidad de dar y recibir, y debería
ser un criterio a la hora de formar pareja. Otra cosa distinta es la actividad
sexual, que puede existir de común acuerdo. Quitada la violencia, y el abuso de
menores, todo lo demás es cosa de hombres y mujeres, de hombres y hombres, de
mujeres y mujeres, de lo que quieras. Las personas que más he visto sufrir son
los divorciados durante el proceso de divorcio, y los desempleados. La situación de desempleo es una de las
situaciones más amargas.
-En sus viajes a Latinoamérica hay un
denominador común: las coincidencias a una pregunta...
-Es cierto. Cuando he ido por México, California
y Cuba preguntaba a las viejos algo muy sencillo: ¿Por qué merece la pena
vivir? Y las respuestas de algunos coinciden: para amar, trabajar y disfrutar. Y eso no es lo que dice
el catecismo de la escuela nacional católica. Es una respuesta extraordinaria.
-¿Coincide?
-Totalmente. Te voy a decir más. Es muy
importante el arte del placer, y la gente que no tiene placer discurrirá su
conducta en cosas indeseadas. Por lo tanto, sería deseable, y ojalá que los
políticos fueran conscientes, que la gente tuviera una vida placentera. Nadie
debe pasar un día sin darse un placer. El placer es un arte. Y es lo que
garantiza una vida realmente con sentido.
-¿Qué placeres se procura usted?
-La amistad, por ejemplo.
-¿Qué le hace falta a la sociedad?
-Mucha pasión. Estamos en verano y, debido a la
situación económica, muchos ni siquiera han salido de su casa. Atiborrados de
ansiolíticos y antidepresivos, viven entre el miedo y la desesperanza. Cuando
lo que necesitan es pasión, mucha pasión, para encontrarle sentido a aquel
sinsentido en que ha desembocado su existencia.
-¿Qué es hacer política?
-Estoy cansado de escuchar a tanto político
burócrata e hipócrita mientras la gente pierde la esperanza. En estos momentos
hacer política es acción directa, pienso yo. Y desalojar a tanto cantamañanas
que nos está llevando al túnel de los tiempos solo es posible mediante la
acción directa de la gente en formas abiertas de participación. Y ahí cabemos
todos. Yo también estoy ahí.
-¿Recuerda un momento mágico?
-Me he dedicado intensamente a estudiar el estrés
de los directivos, de los profesores, de los jubilados, de los desempleados y
también de los pilotos de aviación. Y para ello una vez pedí viajar en la
cabina del piloto de un avión a Colombia. Experimenté tal placer que no
descarto ahora, a la vejez, hacerme piloto.
1-¿Un sitio para
tomar una cerveza? -Las cristaleras de Alfonso X.
2-¿Qué música le
suena en el teléfono móvil? -Ninguna.
3-Un libro
para el verano. -'El monstruo amable', de Raffaele Simone.
4-¿Qué consejo
daría? -Responder a los desafíos de la realidad, plantarles cara.
5-¿Facebook o
Twitter? -Estoy en Facebook.
6-¿Le gustaría
ser invisible? -No, siempre transparente. Ser invisible genera
autoengaño.
7-¿Un héroe o
heroína de ficción? -No tengo. Hace tiempo que no los considero
héroes. Prefiero a héroes de carne y hueso.
8-Un epitafio. -Fin
del currículo.
9-¿Qué le
gustaría ser de mayor? -Piloto de aviación
10-¿Tiene
enemigos? -No, tengo adversarios.
11-¿Lo que más
detesta? -La traición.
12-Lo peor del
verano es... -El hacinamiento de tener que compartir con otras
personas el espacio.
Post Data
Esta entrevista forma parte de una serie de entrevistas a "personajes" o "personajillos", que con el título "Estío a la murciana", ha venido publicando La Verdad de Murcia. Se trata de una entrevista desenfadada (para consumo de veraneantes), con una foto también curiosa. Yo no "concedo entrevistas" -¿se dice así?- a los medios, desde que la UMU me ha jubilado. Además, estoy en una zona "ni envidiado ni envidioso", como dice Mariano Sanz. "Pa qué quies que vaya..." Pero la insistencia de un periodista con fama de buen profesional, me llevó a decir que sí.
En cualquier caso, me daría por satisfecho, si algún lector decide cultivar El Arte del Placer.