Un año de Pepe Orihuela
Era Martes 21 de Enero de 2014, cuando
todavía no había candidatos al Rectorado de la Universidad. Estuvimos en el
Drexco por espacio de dos horas.“Ayer te vieron con Pepito Orihuela en
Trapería”, me decía el Rector Cobacho por teléfono. Seguro que nos verían. Pero
¿por qué le llamas Pepito?, le dije yo. Durante la campaña fue Pepe, y ahora es Magnífico,
¡para que se chinchen!
Nunca hice publicidad de su
candidatura ni de ninguna otra, pero sí le animé a seguir adelante. Publiqué
frecuentes reflexiones, durante el proceso electoral, y le mencionaba: “…Pepe Orihuela está haciendo un trabajo
inestimable, y hay universitarios que se han dado cuenta… Al final de la
carrera, podrá descansar satisfecho por haber
intentado devolver la ilusión a la gente...” Después, ya saben, entusiasmo desbordado en más de la
mitad de votantes, y nerviosismo en Convalecencia. Creían haber dejado
las cosas bien atadas, pero empezaba un Nuevo Ciclo.
El próximo día 20, se cumplirán los doce
meses de Rector. Y hemos contemplado la transformación de aquella sonrisa
amable y comprometida, en un gesto de preocupación por la deriva de la
Universidad. Jamás en la historia de la universidad pública, se ha conocido un
proceso de degradación tan desbocado y brutal. En los últimos años (sobre todo
desde Bolonia) se ha instalado un asfixiante sistema dictatorial de
mediocridad, donde el rigor ha pasado de ser científico, a burocrático.
“Decadencia”,
es lo que dejaron los últimos rectores: Ballesta, un hombre prisionero de la
imagen, y sin escrúpulos a la hora de administrar los recursos económicos; y
Cobacho, un directivo ambivalente, empeñado en dar la razón a todos, sin
criterio claro. Nunca podrán descansar satisfechos, quienes robaron la ilusión.
El malestar que es capaz de producir un rector incompetente, es inmenso.
Orihuela es
otra cosa. Es un buen académico, que no es poco, cuando alguno de sus
predecesores no alcanzó el “cum laude” en
la tesis doctoral. Pero quieren hacer de
él un Contestatario, agente principal de Revolución Académica. Estos universitarios,
por lo visto, no conocen la Universidad, ni las posibilidades de Orihuela. De
todas formas tenemos un rector con resiliencia, que embiste con bravura de
toro desde las escalinatas de la
Facultad de Letras, ante el acoso y amenazas de estos políticos impresentables.
Ad multos
annos, querido Rector.
Cuenta con nuestro apoyo, si de verdad quieres plantar cara a políticos
buhoneros y demás personajes influyentes, incluido el “Cardenal” Mendoza.
A cambio yo pido lo imposible: Que
la Universidad de Murcia sea Pública,
y que se acabe con el Nepotismo. Es
intolerable que en medio de recortes y despidos, haya todavía quien aprovecha el cargo de director de
departamento o decano/a para colocar a su hijo/a. Claro que la gente no lo sabe,
porque el estilo universitario prescribe
“que no se diga, que no se sepa, que no
se note”.
Por mi parte, ocupo el tiempo
leyendo a Shakespeare que, como el puré de patatas, no cansa nunca. Y esta
reflexión me lleva a pensar que el espíritu universitario existe, aunque esté secuestrado
por quienes administran vidas y haciendas.