Lo más precioso a lo que puede aspirar un hombre es a que su vida tenga sentido, y la única manera de lograrlo es el Placer. Esta frase la considero provocativa, estimulante, subversiva, excitante y escandalosa sobre todo para quienes han asumido con resignación aquello que le inculcaron de niño, que el sufrimiento da la felicidad. Eso sí, mediante una regla de oro: “eso no se hace, eso no se dice, eso no se toca”.
Pero la privación del placer tiene un efecto muy doloroso: el estrés con todas sus consecuencias: neurosis, a veces psicosis, trastornos psicofisiológicos, la búsqueda de sucedáneos, la chismorrería, el marujeo, la prostitución...Una familia o una sociedad que no proporciona a sus miembros placer y medios para crear placer no es equitativa, estable, ni funcional. La ética del placer no necesita castigos. Sólo una persona frustrada es capaz de hacer daño. Las violaciones, el acoso laboral, los malos tratos etc., constituyen un comportamiento de personas que no han aprendido el arte del placer. El individuo que experimenta placer tiende a querer ser también hombre libre, ciudadano. Si la gente pudiese experimentar placer, habríamos encontrado la clave para curar las depresiones, los trastornos cardiovasculares, los egotismos, y todos los comportamientos y actitudes que englobamos con la expresión “mala persona”. El placer es relación, intimidad, ternura, espiritualidad… Es lo que confirma la calidad de persona. El placer es un arte y como todas las artes, se aprende. Pero la sociedad se opone a ese aprendizaje. Ha de ser uno mismo quien se de cuenta de que le falta algo importante en la vida y busque y descubra el placer. Frente a la frivolidad o superficialidad con que se trata el tema, yo suelo ayudar a hacer un análisis que promueva el conocimiento de sí mismo y favorezca el camino evolutivo del amor. Se puede querer mucho y a muchas cosas, pero el amor sexual es de una fuerza centelleante y engañosa. El erotismo puede crear la consciencia de un estado atemporal de no-dualidad que transforme una relación física corriente en la experiencia supersensual que estimula la autoestima y conduce al compromiso. El hombre es sexualidad y la sexualidad es Amor. Recuerdas alguna experiencia que te haya quedado en la memoria, y si no lo recuerdas es que no mereció la pena. ¿Qué resalta en el recuerdo?, ¿las posiciones?, ¿las técnicas?...No, no. Lo que se recuerdas es la intimidad, lo inesperado, la incógnita del futuro, el acercamiento, la afirmación de uno en el otro… No existe mejor remedio contra el Estrés, que tener un confidente, un amor, una pasión. Si la capacidad de dar sentido a la vida pudiera lograrse por otros modos, el sexo perdería mucha de su importancia. Pero a excepción de algunos místicos o creadores, nadie llega a este grado de intimidad y de conocimiento si no es a través del sexo. El poeta lírico más importante de la literatura castellana, describe su experiencia amorosa de esta manera: La noche sosegada en par de los levantes del aurora la música callada la soledad sonora la cena que recrea y enamora.
Pero la privación del placer tiene un efecto muy doloroso: el estrés con todas sus consecuencias: neurosis, a veces psicosis, trastornos psicofisiológicos, la búsqueda de sucedáneos, la chismorrería, el marujeo, la prostitución...Una familia o una sociedad que no proporciona a sus miembros placer y medios para crear placer no es equitativa, estable, ni funcional. La ética del placer no necesita castigos. Sólo una persona frustrada es capaz de hacer daño. Las violaciones, el acoso laboral, los malos tratos etc., constituyen un comportamiento de personas que no han aprendido el arte del placer. El individuo que experimenta placer tiende a querer ser también hombre libre, ciudadano. Si la gente pudiese experimentar placer, habríamos encontrado la clave para curar las depresiones, los trastornos cardiovasculares, los egotismos, y todos los comportamientos y actitudes que englobamos con la expresión “mala persona”. El placer es relación, intimidad, ternura, espiritualidad… Es lo que confirma la calidad de persona. El placer es un arte y como todas las artes, se aprende. Pero la sociedad se opone a ese aprendizaje. Ha de ser uno mismo quien se de cuenta de que le falta algo importante en la vida y busque y descubra el placer. Frente a la frivolidad o superficialidad con que se trata el tema, yo suelo ayudar a hacer un análisis que promueva el conocimiento de sí mismo y favorezca el camino evolutivo del amor. Se puede querer mucho y a muchas cosas, pero el amor sexual es de una fuerza centelleante y engañosa. El erotismo puede crear la consciencia de un estado atemporal de no-dualidad que transforme una relación física corriente en la experiencia supersensual que estimula la autoestima y conduce al compromiso. El hombre es sexualidad y la sexualidad es Amor. Recuerdas alguna experiencia que te haya quedado en la memoria, y si no lo recuerdas es que no mereció la pena. ¿Qué resalta en el recuerdo?, ¿las posiciones?, ¿las técnicas?...No, no. Lo que se recuerdas es la intimidad, lo inesperado, la incógnita del futuro, el acercamiento, la afirmación de uno en el otro… No existe mejor remedio contra el Estrés, que tener un confidente, un amor, una pasión. Si la capacidad de dar sentido a la vida pudiera lograrse por otros modos, el sexo perdería mucha de su importancia. Pero a excepción de algunos místicos o creadores, nadie llega a este grado de intimidad y de conocimiento si no es a través del sexo. El poeta lírico más importante de la literatura castellana, describe su experiencia amorosa de esta manera: La noche sosegada en par de los levantes del aurora la música callada la soledad sonora la cena que recrea y enamora.