Amigo Jesús:
Algo muy importante en la vida, es tener un Confidente. Yo lo tengo. En la UMU, cuento y me salen nueve. Estoy hablando de confidentes, no de “amigos”. Confidente es alguien que nunca te denunciaría con motivo de culpas, yerros o ¿"dicterios"?. Confidente es el que te lleva incluso un bocata al "trullo", llegado el caso. Confidente es quien sabe guardar secretos, aunque no sea confesor. Un confidente siempre se atreve a decirte los errores, y a prestar consejo en momentos de zozobra. Un confidente sabe “perder el tiempo” con su amigo, como dicen que hacía J.R., que por cierto cometió más errores que tú y que yo, pero con elegancia y buena fe; por eso me sedujo. Esto no lo pondré en el blog, ni lo daré a la prensa, -me basta con la columna de ayer en La Opinión, donde yo citaba sus últimos correos y lo idealizaba como un Obama, para esta Murcia dejada de la mano de dios-, ni siquiera se lo diré a sus compañeros de partido. Estas cosas sólo puedo decirlas a un confidente como tú.
Tú eres mi confidente. Es verdad que nos hemos conocido hace apenas dos años, y que somos diferentes, pero el tiempo me va dando la razón ¿O no? Fuera de la Universidad, tengo más confidentes aún, catorce salen en un apresurado recuento. Tú sabes que el Campus es un recinto muy peculiar, y que el personal de esta Casa, ha recibido el estigma de su madre: hija putativa de la iglesia del medievo. Por lo que en muchos casos no es aconsejable tener como confidente a un trepa. Quiero decirte, que en mí encontrarás, -confidente o no-, a un amigo. Eso sí, con asterisco, porque a los que investigan el Burnout y el Mobbing en la universidad, les ponen un asterisco.
¿Sabes que yo también soy confidente de otros? Son legión. Tal vez por la sabiduría que erróneamente se le atribuye a un profesional de la psicología; y sobre todo en mi caso senior, con más de tres décadas en el desempeño del ejercicio profesional. Un abrazo.
POST DATA:
¿Por qué no puedo decir en mi artículo, que lo que están haciendo con J.R., es una horterada? ¿Por qué no puedo cubrirlo de elogios, aun a sabiendas de que la vida de mi amigo muerto no es para tanto? ¿Para qué, entonces, quiero yo ser libertario?
No soy juez, -dios me libre de tener que hacer huelga desde el poder-, pero sí una voz libre, que cada día firma al entrar al Campus "un cheque en blanco", con el fin de ejercer la libertad de expresión; siempre con errores ¡qué duda cabe!, pero intentando que no falte "cordura y arrojo" ¿Recuerdas, Jesús, cómo esas dos palabras hace unos meses, gracias a ti, pusieron en jaque a los más influyentes de la Murcia Profunda?
Eso espero: que me prestes apoyo informacional, para actuar con cordura y con arrojo. De lo demás ya tengo: Bien podrán "los encantadores" quitarme la fortuna, pero el esfuerzo y el ánimo será imposible.
Esto último, parece también una horterada ¿verdad?