Ahora, el cónclave socialista ha desencadenado dimes y diretes sin cuento: los cambios en la delegación, los golosos votos que algunas agrupaciones aportan, el poder decisivo de la juventudes socialistas, las innegables negociaciones de dudosa legitimidad, los más experimentados en ocupar el sillón que ahora mueven los hilos sin dar la cara… Muchos tratan no tanto de alcanzar la victoria, sino sobre todo de mostrar al adversario que la suya es imposible. Mientras tanto veo en Internet a María González escalando un puesto nada menos que en
Pero vayamos a lo fundamental: los nuevos “líderes” han de ser excelentes, y sobre todo decentes. Por mucho reparto de poderes, negociaciones o apoyos de ZP, los socialistas murcianos perderán una y otra vez las elecciones, si les falta E+D. Hay mucho que cambiar hasta tener la casa sosegada.
Nosotros -con espíritu crítico como no podía ser de otra manera- y desde la independencia y la pluralidad de las ideas, apoyaremos todo lo que suponga un avance en las libertades y en los derechos civiles más importantes. Aunque son ellos, los del Partido del Cambio, quienes han de creer y luchar de tal manera que convenzan de que está cerca un nuevo porvenir; que las cadenas del miedo de la prudencia y de la mentira, -instaladas en Murcia desde hace décadas-, van a ser reducidas a nada.
Mientras tanto, intereses inconfesables restan credibilidad ¿Qué buscan los aspirantes a cargos? ¿Tienen algo que decir, que no sea aplaudir a Zapatero?... Yo no les conozco, ni sé qué habilidades adornan su currículum, pero esa tendencia al poder ya de por sí resulta sospechosa. En este sentido, parece conveniente por mor de la eficacia, -y dejando a un lado fobias o filias-, que entre los que van a diseñar la estrategia para desalojar a los del tranvía del viaje a ninguna parte, estén dos políticos que son vistos desde fuera del partido como importantes. Por un lado José Ramón Jara que bien podría haber sido candidato a secretario; y por otro lado Marcos Ros de quien esperamos que pida cuentas a ese alcalde que le falta sal. Sé que pertenecen a tendencias diferentes, pero el Secretario que salga del Congreso, ¿no debe rodearse de los mejores? No son mujeres, ni tan jóvenes. Pero para Pablo Iglesias esto nunca fue un impedimento.