PROSTITUTAS
Mientras escribo, está teniendo
lugar en Bruselas, un acontecimiento que va a afectar a todos los que
recibimos, hace años, al euro como una bendición. Son las 10.14h., cuando veo
la intervención del periodista Iñaki Gabilondo en el vídeo de la Cadena Ser.
Espero que nos oriente sobre lo que está ocurriendo o va a ocurrir: larga
negociación mientras la economía se hunde; amenaza de retirar la garantía del
fondo de estabilización europeo; recortes masivos del gasto público como
condición para prestar a los gobiernos a fin de que puedan pagar a los bancos;
austeridad germánica impuesta por la “madre
abadesa” Merkel, en la que el euro es su arma de dominación… Pero no, no;
los comentarios de este veterano y prestigioso periodista, que siempre van
pegados a la actualidad, hoy van de “putas”.
Llegué a pensar, en un primer
momento, que se refería a las primas
de riesgo, -prostitutas como es
natural-; a los mercados y a los banqueros, -prostitución masculina-, dado que
los calificaba de “actividad lamentable”, “negocio indigno”, “atentado a la
dignidad”…
Iñaki confundió el día. Si hubiese
hablado de los refugios para mantener el dinero a salvo, le hubiéramos
escuchado con interés, pero ¿de putas? Y para más INRI cuestiona el desempeño
de una actividad tan sagrada como la prostitución: “las prostitutas os precederán en el reino de los cielos”, dijo un altísimo
Maestro ¿Por qué no arremete Iñaki
contra proxenetas y negociantes de personas, en vez de propugnar el desempleo
para quienes desarrollan un servicio público tan necesario? Me pareció escuchar a Rouco. Ya saben que los obispos han movilizado a las filas católicas
para que salgan a la calle contra las prostitutas. Y el Ayuntamiento de Madrid,
secunda esa iniciativa tan innovadora.
Yo, por el contrario, estoy a favor de la discriminación positiva, aunque sólo sea para reparar
tantos años de persecución. El que quiera privilegios que se haga puta/o; de lo contrario que lleve la
cruz con resignación, ya que no puede con orgullo.