miércoles, 28 de diciembre de 2011

YO, NO ME JUBILO

¿Cuando te jubilas?”, me dice uno de esos colegas que sólo saben ser funcionarios. Yo, no me jubilo, le respondo. Frunce el ceño, y con un movimiento espasmódico de hombros, exclama: ¡Pero qué dices!

Es verdad que la jubilación es un logro de nuestra sociedad desde hace cerca ya de cien años, pero cuando es obligatoria se convierte en un sistema perverso de control social que desaloja a sus más cualificados elementos de producción.

Mi interlocutor, que ha pasado por múltiples cargos de gestión en la universidad, empieza a tomarse a cachondeo lo que voy diciendo. Claro que abandonaré la actividad docente. Más concretamente, me iré de esta universidad, (la llaman “UMU”), que tantos ratos de placer me ha proporcionado.

Pero ten en cuenta, le dije a ese ex-alto cargo, que irse no es jubilarse. Prefiero hablar de retiro. Seguir trabajando en otro lugar, con otra gente, en otra universidad, -americana lo más probable-, o en casa, ¿quién sabe qué? Con más de once trienios de vida universitaria, bien merezco el descanso; pero lo que mi interlocutor ignora es que la gente cuando se jubila envejece más de prisa, en muchos casos enferma, y el porcentaje de los que se suicidan es más alto que en cualquier otro intervalo de edad, 28.63 por 100.000 habitantes. Aplazar la jubilación o sustituirla por otra actividad remunerada, (no de ocio), no sólo es rentable para hacienda, sino bueno para la salud.

“Activos mentalmente, activos socialmente, activos físicamente,”, he dicho a los viejitos mexicanos, en un encuentro organizado por la universidad de México. Y cada vez que me invitan para hablar sobre el tema, observo los avances de personas “jubiladas”, que están aprendiendo idiomas, manejan las nuevas tecnologías, o cultivan la pintura y la literatura. ¿Sabían que el aprendizaje también es salud? La actividad profesional, según las investigaciones más recientes, aparece como una condición protectora del deterioro cognitivo y la demencia, mientras que la jubilación se convierte para muchos en un factor de riesgo.

¿Qué hacer, por tanto? En un momento de crisis de empleo ¿debería existir un derecho al trabajo independientemente de la edad?, ¿por qué no han de trabajar los viejos?, ¿es posible mantenerles trabajando?, ¿qué habría que hacer para ello?, y ¿cual sería la actitud de empresarios y sindicatos? Demasiadas preguntas cuando es el sistema de valores de cada persona el que cuenta a la hora de interpretar algunas evidencias. Mientras tanto el desecho indiscriminado de las potencialidades de las personas mayores, parece una cruel ironía en nuestra sociedad que a su vez tiene que hacer frente a la "carga" que imponen en las generaciones más jóvenes.

Pueden darse cambios en la actividad productiva, o bien desempeñar una forma de actividad creativa. En este sentido, cabe señalar el voluntariado económico que fue creado por ejecutivos inactivos en Francia, con asociaciones como ECTI (intercambios y consultas técnicos internacionales), o EGEE (entendimiento entre las generaciones para el empleo y la empresa). Frente a la economía de mercado o a la economía sumergida, crean una nueva economía que algunos califican de "tercia", y que supone un concepto y un modelo nuevo de sociedad:

.La abolición de la ley del más fuerte. Ya no tiene sentido la lucha por el poder.

.La lentitud contra la rapidez. El tiempo transcurre lentamente.

.El consumo reducido. Lo accesorio pasa a ser considerado como infantil.

.El encuentro con los demás, sin necesidad de competir.

.La importancia del momento presente opuesto a los proyectos de futuro.

.La disponibilidad opuesta a la sobre-ocupación.

Se trata de experiencias innovadoras, que se oponen a la marginación y segregación del modelo vigente de jubilación. La jubilación que ha sido concebida como un deber, debe convertirse simplemente en un derecho. Por todo ello, yo, no me jubilo. No me refiero a seguir como profesor emérito o “demérito”, sino a trabajar, sin discriminación por razón de edad. En cualquier caso, digan lo que digan quienes administran vidas y haciendas, seguiré trabajando.

sábado, 24 de diciembre de 2011

MI CONFIDENTE

Amigo Jesús:

Algo muy importante en la vida, es tener un Confidente. Yo lo tengo. En la UMU, cuento y me salen nueve. Estoy hablando de confidentes, no de “amigos”. Confidente es alguien que nunca te denunciaría con motivo de culpas, yerros o ¿"dicterios"?. Confidente es el que te lleva incluso un bocata al "trullo", llegado el caso. Confidente es quien sabe guardar secretos, aunque no sea confesor. Un confidente siempre se atreve a decirte los errores, y a prestar consejo en momentos de zozobra. Un confidente sabe “perder el tiempo” con su amigo como dicen que hacía nuestro amigo J.M., que por cierto cometió más errores que tú y que yo, pero con elegancia y de buena fe; por eso me sedujo. Esto no lo pondré en el blog, ni lo daré a la prensa, ni siquiera se lo diré a sus compañeros. Estas cosas sólo puedo decirlas a un confidente como tú. Tú eres mi confidente. Es verdad que nos hemos conocido hace apenas dos años, y que somos diferentes, pero el tiempo me va dando la razón.

Fuera de la Universidad, tengo más confidentes aún, catorce salen en un apresurado recuento. Tú sabes que el Campus es un recinto muy peculiar, y que el personal de esta Casa, ha recibido el estigma de su madre: hija putativa de la iglesia del medievo. Por lo que en muchos casos no es aconsejable tener como confidente a un trepa. Quiero decirte, que en mí encontrarás, -confidente o no-, a un amigo. Eso sí, con asterisco, porque a los que investigan el Burnout y el Mobbing en la universidad, les ponen un asterisco.

¿Sabes que yo también soy confidente de otros? Son legión. Tal vez por la sabiduría que erróneamente se le atribuye a un profesional de la psicología; y sobre todo en mi caso, “senior” con más de tres décadas en el desempeño del ejercicio profesional. Un abrazo.

POST DATA:

No soy juez, pero sí una voz libre, que cada día firma al entrar al Campus "un cheque en blanco", para poder ejercer la libertad de expresión; siempre con errores ¡qué duda cabe!, pero intentando que no falte "cordura y arrojo" ¿Recuerdas, Jesús, cómo esas dos palabras hace unos meses, gracias a ti, pusieron en jaque a los más influyentes de la Murcia Profunda? Eso espero: que me prestes apoyo informacional, para actuar con cordura y con arrojo. De lo demás ya tengo: Bien podrán "los encantadores" quitarme la fortuna, pero el esfuerzo y el ánimo será imposible. Esto último, parece también una horterada ¿verdad?

martes, 20 de diciembre de 2011

PRECIOSO ACTO ACADÉMICO

Nunca asistí a un acto académico que me emocionara tanto como hoy. Era la defensa de la tesis doctoral de Juan Pedro Martinez Ramón "El estrés de los profesores. Un análisis sobre los factores de estrés en los profesores de Secundaria de Murcia", elaborada bajo mi dirección ¿De donde sacó este alumno tanta capacidad y tanta motivación para trabajar con tal perfección investigadora un tema tan complejo? Gracias, gracias a estos jóvenes que despiertan mi curiosidad intelectual ¡Es tanto lo que quisiera aprender de ellos!

lunes, 19 de diciembre de 2011

TENER UN JEFE INJUSTO DAÑA EL CORAZÓN

Un empleado recibe un trato justo cuando el superior tiene en cuenta sus puntos de vista, comparte información relevante para la toma de decisiones y trata de forma ecuánime y sincera a las personas de su equipo ¿Es así como te trata tu jefe?

No es tanto una cuestión de palabras, como de actitudes. Entre el trato injusto y el acoso laboral cabe una amplia gama de situaciones que comienzan en todo caso con una actitud de menosprecio a la capacidad o la calidad de la aportación del empleado. Un estudio realizado por investigadores suecos ha puesto de manifiesto que los empleados tienen la tensión arterial más baja cuando trabajan con un jefe al que perciben como justo y ecuánime.

Para comprobar si esa bonanza laboral se traduce en una menor tasa de episodios cardiovasculares era preciso separar este factor de otras posibles causas como el tabaquismo, la obesidad o el sedentarismo. El estudio se ha realizado en dos fases; en la primera se identificó a las personas que tenían la percepción de sufrir una situación laboral injusta, y en la segunda se hizo un seguimiento de su salud cardiovascular teniendo en cuenta en cada caso si existían o no otros factores de riesgo. Ha quedado demostrado que en igualdad de situaciones, las personas que sufren estrés por sentirse tratadas injustamente en el trabajo, tienen mayor incidencia de enfermedad coronaria.

A la mayoría de los trabajadores les importa mucho el trato de sus jefes. En una sociedad en que todos los signos tienen valor, el mero trato formal ya transmite categoría y valoración social, de modo que la falta de justicia comporta una sensación de opresión que produce mucho estrés.

Entre los empleados que tienen un jefe injusto, el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares es muy superior (30% de casos). El aumento del riesgo es atribuible al trato injusto exclusivamente, y es independiente de factores como la edad, el estado civil, el nivel educativo, o la posición socioeconómica; y también de factores endógenos como el nivel de colesterol, la obesidad, el tabaquismo, la hipertensión, el consumo de alcohol o la baja actividad física.

Ha quedado descartado incluso, que el riesgo tenga que ver con otro factor que a veces provoca estrés, como la sobrecarga o la falta de correspondencia entre esfuerzo y recompensa.

Dime cómo está tu corazón, y te diré quién es tu jefe.

lunes, 12 de diciembre de 2011

“MONO DE POLÍTICA”

“Miguel Navarro vuelve con fuerza”. Así titula el diario La Opinión hoy 11 de diciembre, la crónica política sobre el ex-alcalde de Lorca. “Navarro abandonó el PSOE cuando fue detenido por su implicación en el caso Limusa, que desmanteló una trama de corrupción en la empresa municipal de basuras de Lorca. Quedó libre de los cargos que le imputaban. El pasado 19 de noviembre (un día antes de las elecciones generales) solicitó su reingreso como militante del PSRM-PSOE”. “Quienes le conocen aseguran que tiene “mono de política”, dice el periodista.

Es una buena noticia. Con “mono” o sin él es bueno que vuelvan quienes se fueron. Y lo que más me gusta es que “vuelve con fuerza”. Quiere decir que el partido va a contar desde ahora con la militancia y la experiencia de un histórico dirigente.

Si a esto añadimos la aparición en escena de personajes tan valiosos como la mujer de Collado, la María Antonia, Ramón Ortiz, Pepe Méndez, Cañizares, o Enrique Amat, podemos dormir tranquilos. El futuro del socialismo murciano está asegurado. Lo siento por Valcárcel, pero en Murcia el Pepé tiene los días contados. Ya hay alternativa.

Mientras tanto, para reducir “el mono”, me encanta tararear: “Vuelve a casa, vuelve, por Navidad…”