¿Quién le dictaría tan sabias palabras?
Y ¿por qué en vez de "repensar", no aplicamos lo ya pensado y repensado, aunque sea por personas disidentes? Hace varios años que algunos profesores, pocos, intentamos cambiar algo en la "Escuela de Mandarines", pero esta institución, hija putativa de la iglesia del medievo, se resiste a la reforma.
Si, a pesar de todo insistes, no en "repensar", sino en manifestar lo repensado, te mandarán a “la santa inquisición” para que te calles. No hablo de memoria.
¿Para qué ver la realidad, pudiendo vivir en la fantasía?
Ser universitario es estar instalado en medio de un debate, y en la discusión unos y otros reconocen que todo es discutible. No se trata de que podamos decir lo que pensamos, para lo cual ya hace falta arrojo, sino sobre todo de pensar lo que decimos.