jueves, 30 de septiembre de 2010

LA DEFENSA DE LAS LIBERTADES

Auto que debería ser difundido desde la Universidad, y en especial desde el Rectorado

La Audiencia Provincial ha dictado un Auto, (con motivo de las amenazas y agresiones a un profesor de la Universidad de Murcia), en el que tras la exposición del conjunto de hechos que han acaecido, describe magistralmente el deber ser inherente a la vida universitaria.

El fundamento jurídico sexto del referido Auto 493/2009, dice textualmente lo siguiente: “Desde un ámbito extraño a la Universidad se dirige un perturbador correo a persona en ella incardinada por su condición de profesor. Ello no le confiere ningún plus de protección penal, pero atrae inevitablemente sobre el ejercicio de su función categorías constitucionales que tornan más sensible la tutela judicial a dispensar, y más necesaria la garantía de indemnidad derivada del art 24.1 C.E.

Ello es así en la medida en que los hechos denunciados, no solo pueden representar una ilegitima constricción de la libertad individual, sino que también desde fuera de la institución pudiera en alguna medida erosionarse o perturbarse otro derecho de idéntica progenie y alcurnia constitucional, al anudarse a la función docente una prerrogativa no menos valiosa, el derecho a la libertad de cátedra, magnífico baluarte de la libertad ideológica del docente y de su derecho a difundir libremente sus pensamientos, ideas y opiniones, en el ejercicio de esa función, y en relación con los contenidos valorativos de las materias sobre las que imparte su docencia, expresando libremente sus criterios, convicciones y posiciones discrepantes, sin que por ello haya que sufrir limitaciones, perturbaciones o injerencia alguna. Y si el docente es inmune a mandatos, imposiciones o directrices del propio sistema en el que se inserta, más lo ha de ser si las presiones son exteriores, y lejos de responder a legítimas o discutibles opciones de funcionamiento académico, constituyen un burdo y reprobable hostigamiento.

Fue ese espíritu de respeto y libertad, como el ideal humanista de Occidente, responsable en buena medida del formidable prestigio histórico alcanzado por algunas universidades europeas, en cuyos venerables muros encontraron hospitalario refugio heresiarcas, disidentes y proscritos de todas las ciencias y lugares que, huyendo de rigores dogmáticos o asperezas inquisitoriales, pudieron legar a la corriente fugitiva de las generaciones, hallazgos que aún hoy asombran y pensamientos y reflexiones que allanaron los caminos del saber.”

Algo muy diferente al deber ser, pone de manifiesto el fundamento jurídico quinto cuando analiza los hechos: las actuaciones reflejan el penoso itinerario de un angustiado profesor de edad provecta que, por hechos concernientes al ejercicio de su función, ve convertida la etapa final de su docencia en una escalada de sobresaltos”. Los datos periféricos a que alude, clarifican la discreta base indiciaria, con clara referencia al "entorno".

Esa, y no otra, es la causa por la que el referido profesor va a renunciar a la continuidad en el ejercicio de las acciones penales derivadas de los hechos delictivos.
Y esto cuando, como señala el fundamento jurídico séptimo, “existen indiciariamente hechos inductivos de responsabilidad penal y partícipe o autor de alguno o algunos de ellos”.

domingo, 26 de septiembre de 2010

Libertad amenazada

El día que me jubile, diré adiós a esta institución tan entrañable. No será una jubilación más, (no habrá despedidas, ni invitaciones, ni palabras huecas, ni liturgia alguna), por la sencilla razón de que la jubilación real será el día antes de mi entierro). Seguiré activo, si cabe más que antes: jornadas, cursos, clases en América, y sobre todo escribir sobre lo que no se ve, o sobre que se ve y no se dice.

En este sentido, tuve la osadía durante los últimos años de poner al descubierto irregularidades académicas y contables, como las que tuvieron lugar durante el mandato del anterior rector, (¡hay que ver el silencio obsequioso que de forma irresponsable se ha prestado al tema!), y llegué al convencimiento de que la libertad de expresión y la libertad de cátedra, en la universidad, están amenazadas.

El estilo de decir lo que uno piensa, -en medio de tanto turiferario-, me ha acarreado satisfacciones sin cuento, gracias a la tolerancia y apoyo de los directivos de esta Escuela de Mandarines, que ya alcanzó la excelencia.

Pero la psicología que explico, ha generado discusión en algún momento. No es extraño, si tenemos en cuenta que está hecha de compromiso, apoyo social, autonomía, lucha contra la pobreza. No es apta, por tanto, para individualistas, trepas y tramposos.

Otros, por el contrario, hablan de “felicidad”, desde una psicología light ¿Felicidad? ¡Qué cosa tan superficial!

NOTA Conviene tener en cuenta el Auto 493/2009, que la Audiencia Provincial ha dictado sobre la libertad individual y de cátedra, a instancias nuestras. Darlo a conocer en el Campus es una forma de defender las libertades en el ámbito académico.

sábado, 18 de septiembre de 2010

ESPÍRITU UNIVERSITARIO

Cada vez que tiene lugar un Acto Académico Solemne, se le nombra, se ensalzan sus maravillas y se nos recomienda permanecer bajo su patrocinio. Pero, tal vez por incapacidad, yo no me entero. Me resulta familiar el Espíritu Santo desde que era un crío; pero el espíritu universitario para mí sigue siendo un misterio. No he podido verlo, ni oírlo, ni siquiera sentirlo ¡Ya me gustaría que me poseyera!, pero por lo visto no lo merezco.

Pero hay más: he de confesar con rubor y azoramiento, que dudo de su existencia. No creo en el espíritu universitario; en esta Casa no hay espíritu que valga. Y nunca descendió “a guisa de pájaro columbino” sobre las cabezas de los más sabios y prudentes de esta institución tan secular, hija putativa de la iglesia del medievo. Me he hecho agnóstico en lo que se refiere a este espíritu académico; y en este momento también casi ateo sobre su existencia en la universidad pública española.

Quiero que me entiendan bien. Yo tengo creencias, ¡faltaría más!, y una de las más firmes es el Espíritu ¿Cómo si no, puede uno plantar cara a los chanchullos sin cuento que tienen lugar con estilo universitario: sin que se sepa, sin que se diga, sin que se note? Es el Espíritu quien visita la mente de los suyos, hóstem repéllas lóngius.

Pero todavía son muchos los que piensan que el espíritu universitario existe. Y un rector apostilla para tranquilizarme: “Chanchullos ha habido siempre” ¡Pues lleva razón este rector! El espíritu universitario aquí y ahora es el triunfo de la mediocridad, y por lo tanto no cabe dudar de su existencia.