domingo, 26 de septiembre de 2010

Libertad amenazada

El día que me jubile, diré adiós a esta institución tan entrañable. No será una jubilación más, (no habrá despedidas, ni invitaciones, ni palabras huecas, ni liturgia alguna), por la sencilla razón de que la jubilación real será el día antes de mi entierro). Seguiré activo, si cabe más que antes: jornadas, cursos, clases en América, y sobre todo escribir sobre lo que no se ve, o sobre que se ve y no se dice.

En este sentido, tuve la osadía durante los últimos años de poner al descubierto irregularidades académicas y contables, como las que tuvieron lugar durante el mandato del anterior rector, (¡hay que ver el silencio obsequioso que de forma irresponsable se ha prestado al tema!), y llegué al convencimiento de que la libertad de expresión y la libertad de cátedra, en la universidad, están amenazadas.

El estilo de decir lo que uno piensa, -en medio de tanto turiferario-, me ha acarreado satisfacciones sin cuento, gracias a la tolerancia y apoyo de los directivos de esta Escuela de Mandarines, que ya alcanzó la excelencia.

Pero la psicología que explico, ha generado discusión en algún momento. No es extraño, si tenemos en cuenta que está hecha de compromiso, apoyo social, autonomía, lucha contra la pobreza. No es apta, por tanto, para individualistas, trepas y tramposos.

Otros, por el contrario, hablan de “felicidad”, desde una psicología light ¿Felicidad? ¡Qué cosa tan superficial!

NOTA Conviene tener en cuenta el Auto 493/2009, que la Audiencia Provincial ha dictado sobre la libertad individual y de cátedra, a instancias nuestras. Darlo a conocer en el Campus es una forma de defender las libertades en el ámbito académico.