La Sociedad del Malestar
¿Te
despiertas con los problemas del trabajo en la cabeza? ¿Te exigen un ritmo
frenético? ¿Tienes mucha responsabilidad? ¿No recibes el reconocimiento que
mereces?... Puede que hayas sucumbido a una de las fuentes de enfermedad más
frecuentes del mundo moderno. Las personas que padecen estrés tienen el doble
de posibilidades de sufrir un infarto agudo de miocardio respecto a los que
llevan una vida más tranquila, pero es que además su peso como factor de riesgo
cardiovascular es equiparable al de la hipertensión y la obesidad abdominal.
Otro
efecto indirecto del estrés es que estas personas tienen un estilo de vida nada
cardiosaludable, hacen poco ejercicio, combaten la ansiedad comiendo de forma
insana, sufren sobrepeso y muchos fuman y beben más. Un comportamiento
caracterizado por la impaciencia, los enfados frecuentes y la tensión mental o
física puede precipitar un accidente cardiovascular.
¿Qué
condiciones de trabajo pueden aumentar el riesgo de enfermar? Por supuesto el desempleo. Pero también las actividades que presentan
una demanda elevada y un margen de decisión limitado, la discrepancia entre
esfuerzos y recompensas , y un clima de relaciones
interpersonales negativo. En estas condiciones, la sobre-implicación en la
tarea puede actuar como un gatillo para
desencadenar estrés.
Ante este panorama
han surgido signos de preocupación. Algunas organizaciones empiezan a
medir el riesgo, y a implantar medidas y
programas de apoyo para aliviar la tensión. Y como siempre, del problema surge un negocio. Una floreciente
industria anti-estrés está
surgiendo a consecuencia de la demanda de los afectados y de la inquietud de
empresas e instituciones: psicoterapias, gimnasios, centros de meditación, de
masaje, de disciplinas orientales... El objetivo es frenar el ritmo, relajarse
y aprender a que el organismo desarrolle herramientas internas para
sobreponerse.
En
EE.UU, más del 25% de la población activa participa ya en algún programa para
controlar la tensión. En España muy pocas organizaciones ofrecen este tipo de
servicios, por lo que cada uno ha de encontrar dentro de sí mismo los recursos
que le ayuden. A unos les bastará el apoyo de su familia, a otros les irá mejor
practicar ejercicio físico, algunos precisarán la orientación de un
profesional. Lo importante es mantener el Control.
Para
terminar, voy a señalar, telegráficamente, algunas formas de manejar las
situaciones de estrés:
-Localiza
el origen del estrés. Algunos factores de estrés pueden evitarse.
-Aprende
a decir no. Pasa 15 minutos al día sentado, respirando profundamente y pensando
en una imagen relajante.
-Sé
positivo. Aprende a ver la parte buena de las cosas.
-Practica
regularmente una actividad física. No descuides la alimentación.
-No
te aísles. Comparte tiempo con tus amigos. Sentirse útil a los demás siempre ayuda.
No
se pueden controlar todas las situaciones potencialmente estresantes, pero se
puede modificar la forma de manejarlas.