miércoles, 29 de julio de 2015



 HA MUERTO


Intento una y otra vez escribir sobre la muerte de un amigo, pero no me sale. Mariano “D” era mi amigo, y ha muerto. Esto es lo que puedo decir, sólo esto. Conservo viva la memoria de los lugares, las imágenes, las  conversaciones. El tiempo ha pasado  y  se  ha  detenido,  gracias  a  los  recuerdos  comunes; permanecen aún los instantes de risa, la experiencia inolvidable de compartirlo todo sin nada a cambio. Una amistad de calidad es un tesoro transparente y único, sin el cual la vida sería menos segura y menos divertida.

La amistad es también un sentimiento de nobleza. Con un amigo no se firman compromisos, ni se levantan actas. Dicen los expertos que un dato para detectar la inteligencia emocional de alguien es su capacidad para conservar amigos. Yo sólo puedo decir que he perdido un amigo.

Hoy, día veintiséis de julio, meditaba yo en esos juegos de la vida en los que siempre perdí, cuando suena el teléfono. Es el móvil de mi amigo, pero no su voz. Un gran  profesional, y mejor persona, ha muerto. Que los amigos tomen buena nota. Que los jóvenes emprendedores, que tienen todavía la mirada limpia, cuenten  las cosas como son. Es el más grande honor que cabe hacer a mi amigo.

José Buendía. Profesor de Psicopatología. Universidad de Murcia