jueves, 28 de julio de 2011

VIEJOS


No corren buenos tiempos para ser viejo. Y no me refiero al tema de las pensiones y a la preocupación por la crisis económica, sino a las condiciones de vida. Los avances científicos han conseguido que ahora vivamos más años. En Europa, hasta hace pocas décadas se calificaba de viejos a los que cumplían cuarenta años; los cuarenta eran la meta que se proponían personas como Rousseau para retirarse y morir; y Dostoievski pensaba que era vulgar vivir más de cuarenta años; mientras que Goethe y Shakespeare, por su parte, consideraban inmoral amar o cantar después de los treinta años. En 1900 la vejez comenzaba sobre los cincuenta, y en 2011, -me atrevo a decir-, no empieza hasta los setenta y cinco. ¿Cómo se puede decir todavía en los medios, que “un anciano de sesenta años…”, cuando la expectativa de vida es de veinte años más?

Vivimos más, pero a veces en malas condiciones. La sociedad no está preparada para este aluvión de ancianos con frecuencia incapaces de valerse por sí mismos. Esta realidad nos ha cogido desprovistos de una red de servicios adecuada, al mismo tiempo que la investigación es escasa y en ocasiones carente de rigor.

La familia que antes se hacía cargo de sus mayores, prácticamente ya no existe, lo cual quiere decir que nos encaminamos hacia una vejez solitaria, sin la presencia de cuidadores consanguíneos. Las residencias son escandalosamente insuficientes y los programas de intervención, cuando existen, adolecen de improvisación, superficialidad o desconsideración.

Son todavía demasiados los que no miran a los ancianos, porque ni siquiera los ven. La mayoría de las personas viven de espaldas a los problemas de los viejos. Toda la familia, con frecuencia, se hace cómplice: al abuelo se le trata con una benevolencia irónica, hasta que se le convence para que ceda la gestión y/o propiedad de sus bienes, precisamente cuando ser viejo hoy es muy caro, y el hecho de tener o no tener dinero determina que la vejez pueda ser una etapa protegida, o condenada a la soledad y el abandono. De este abandono que afecta a miles de ancianos en nuestro país, nadie habla, es un secreto vergonzoso. ¿Hay algo más triste que ser viejo y pobre?

Aquellos a los que aún no se les considera viejos tienen que darse cuenta de lo que les espera si dejan que las cosas sigan igual. Deberían saber que su futuro está comprometido y reaccionar antes que sea demasiado tarde. Muy pronto, la realidad se impondrá a nuestros prejuicios, reclamando medidas drásticas, y dejando al descubierto el carácter embaucador de ciertas proclamas que contribuyen a esa vejez deshumanizada.

Es urgente prepararse para el futuro. Yo reclamo la complicidad de los lectores para que la vejez deje de ser antesala de la muerte y se convierta en una etapa de la vida.

domingo, 24 de julio de 2011

LOS PECADOS SON PARA EL VERANO



“Se peca masivamente”, dijo el Cardenal de Madrid; y si lo dice un obispo, eso va a misa. “El diablo y los demonios se dedican a tentarnos por envidia”, así comienza el Compendio del Catecismo que escribió Ratzinger cuando era cardenal, y que ha publicado el Vaticano. Es un libro de gran interés social, político y sobre todo religioso. Te recomiendo que dejes, de una vez, la Sombra del Viento o el Último Catón. Aparta de ti también el Código da Vinci, que dicho sea de paso es un “coñazo”, además de irreverente; y coge en tus manos el Catecismo de Ratzinger: 205 páginas, es decir asequible a todo tipo de lectores; 15 imágenes sugerentes y atractivas; y un apéndice con oraciones, que tanta falta hacen.
Es una joya de libro; los Pérez Reverte, Stephen Hawking, Javier Marías o Günter Grass no son comparables con esta obra. En la playa, en la montaña o mientras aguantas una larga espera en el aeropuerto, te vendrá de muerte echar una ojeada al libro del verano y sortear las asechanzas del Maligno. ¿Qué te parece?

Quiero desvelar, -por si algún lector aún no conoce el contenido del libro-, algunas de las cuestiones más útiles y provechosas, para los tiempos que corren: “¿Qué pecado se comete, cuando viviendo el consorte, alguien se une con otra persona? Grave pecado de adulterio. Se hallan en permanente estado de pecado y no pueden recibir los sacramentos, todos los convivientes y los unidos sólo en matrimonio civil”.“¿Cuáles son los mayores pecados contra la castidad? El adulterio, la masturbación, la fornicación, la pornografía, la prostitución , la violación y los actos homosexuales. Esos pecados son la expresión del vicio y la lujuria”. Si esto es así, -que no lo pongo en duda, viniendo de un hombre 16 veces bendito-, en efecto, “se peca masivamente”; y el cardenal Rouco, al menos por una vez, tiene toda la razón, ¿o no? Sumemos los “convivientes”, matrimonios civiles, los homosexuales que son cantidad, los que provienen del divorcio, los adolescentes que se masturban, y los que tienen alguna aventura extramarital , y aquí no se salva ni dios. Por eso este libro viene como anillo al dedo, como el bálsamo a la herida, y como el chocolate al loro.

¡Ojo!, el diablo nos tienta siempre, pero con más ardor en verano. Y este no es un verano cualquiera: las altas temperaturas, la sequía para todos, y el estrés acumulado de todo un año presagian pecado, mucho pecado. Además, todo esta diseñado para que suceda así; basta con pasearse por cualquier población mediterránea para darse cuenta del fenómeno: la playa, la gastronomía, discotecas, discretos apartamentos..., junto a otros factores como la disponibilidad de tiempo, o el alejamiento del medio habitual, conforman un estado psicológico que incita a buscar nuevas “aventuras”; y favorece los “amores de verano”, que se caracterizan por ser intensos y pasajeros, pero que dejan muy buen recuerdo.

Claro, que hay pecados y pecadillos. Lo que se dice pecado-pecado son los que ya he señalado sobre “el vicio y la lujuria”; y las faltas o pecados menores tienen que ver con la injusticia social, la corrupción, el enriquecimiento súbito, el mobbing o acoso en el trabajo, el engaño y la pasividad ante la pobreza; es decir pecadillos que es necesario confesar, pero que con ellos se pueden recibir los sacramentos.

A mí el catecismo de Ratzinger me ha hecho regresar a la infancia, y ha servido de momento para reorganizar mis vacaciones sin riesgo de pecado. Me encanta este libro porque es práctico, ilustrado y didáctico. Ahora lo tengo claro: “leña al mono”, porque los pecados son para el verano.

lunes, 18 de julio de 2011

¡QUÉ BOCHORNO!

“No es posible estar en puestos de gobierno más de ocho años sin corromperse”. Son palabras de un veterano político, retirado ya de la cosa pública. Hablábamos en plena calle de la política municipal y autonómica, y salían a colación concejales, alcaldes, consejeros y hasta un rector. Me tuve que poner serio; “no llevas razón”, le dije; “no es justo mantener bajo sospecha a personajes públicos, por el simple hecho de haber aumentado los ingresos, durante sus años de gestión…; no me creo que personas honorables, que han sido agasajadas y condecoradas en múltiples ocasiones; y que además presiden desfiles procesionales y pronuncian los pregones en innumerables fiestas cívico-religiosas, puedan estar implicados en irregularidades de esa naturaleza…”. Pero mi interlocutor, hábil polemista, me apabullaba con datos, referencias y hasta nombres, -también de su propio partido-, relacionados sobre todo con urbanismo y medio ambiente. He de reconocer que asistí a toda una lección magistral sobre la “política del ladrillo”, tema del que soy analfabeto.

No se me va de la cabeza aquella conversación ¡Qué necesidad tenía yo de contrariar a este buen hombre, uno de los pocos sabios que en mi barrio han sido! Cuando él hablaba de Totana, Librilla, Lorca, Murcia, Cartagena, Águilas, el Mar Menor, Cieza, San Javier, Torre Pacheco, la Unión, Los Alcáceres o Mazarrón…; yo, “erre que erre”, negaba la mayor.

Hoy, día largo y caluroso de Julio, meditaba yo en esos juegos “políticos” en los que nunca creí, cuando de repente, recordé la frase del vecino de la Flota: “Es posible hacerse rico con un sueldo de alcalde”. A medida que pasan los días, la infinita razón de mi vecino cobra fuerza en mi mente. “Camps se sentará en el banquillo”, dicen los periódicos en primera plana. “El ex-Consejero Marqués metió en sus cuentas 270.000 euros…” “Ahora no tengo una razón para dimitir, es una condena injusta…” declara el alcalde de Fortuna”. Noticias de la semana. Después me he entretenido en analizar sus gestos, sus expresiones verbales, y sobre todo la mirada. Y estoy en condiciones de afirmar, que mienten.

Los ojos son el espejo del alma; y los ojos de estos directivos influyentes expresan desazón, hostilidad y sobre todo miedo. Y ¿por qué estarán tan exasperados si se han hecho de oro? ¡Ya lo tengo!: llevan en el cargo más de ocho años y se han corrompido, en palabras del veterano vecino de mi barrio; deducción que no comparto, porque siguen habiendo en nuestro país, gobernantes decentes con muchos años de dedicación.

En cualquier caso, desde aquí emplazo al Secretario General de su partido: ¿Dónde estás que no lo has quitado ya? C debe irse; pero también M, E, H, N, S y V. Sí, sí, en plural; lo que os he contado, sólo era un botón de muestra ¡Que se vayan!

Mientras tanto, yo, cuando oigo hablar a estos políticos, me levanto y me voy ¡Qué bochorno, tú!

jueves, 14 de julio de 2011

UNA SOCIEDAD CORROMPIDA

Marqués, un político duro y con expectativas, ha devenido en un hombre fieltro, que sólo deja hablar a su ventrílocuo. Pero este consejero-delegado, ñaño del Presidente Valcárcel, siempre jugó con ventaja, porque desconoce el sentimiento de culpa. No se siente culpable ni responsable de nada. Pregunten –dijo- al maestro armero. Así era y así fue, al menos hasta hoy, en que “le han parado”. No es justo detener a un personaje importante, por el simple hecho de haberse vuelto rico durante sus años de gestión. La Zerrichera era suya, y consecuentemente, “cada uno con lo suyo hace lo que quiere”; o más finamente dicho: el ius utendi et abutendi de los romanos. Si no, ¿para qué quieres estar en política? Son los acuerdos llevados a cabo en conversaciones privadas entre promotores y representantes políticos, los que han de modifican los usos del suelo.
Consejero de Sanidad, delegado del Gobierno y Consejero de Ordenación del Territorio, es propietario, -en lo que al ladrillo se refiere-, de seis viviendas en Murcia, Campoamor, Águilas, Madrid y Valencia, y está relacionado con varias sociedades mercantiles ¡Pero no le interesa el dinero! De lo contrario ¿cómo iba a dejarlo abandonado en un cuarto trastero?
Cuarenta y cinco mil euros en billetes de 500, hallados por los agentes de la policía en el trastero de su vivienda, ponen de manifiesto que la pasta no es lo suyo. Sin embargo, “el grueso del dinero -que supuestamente podría provenir de comisiones ilegales-, habría acabado en países como Suiza y Panamá”. Pero ¿es que alguien ignora que esos ahorros, -conseguidos con el sudor de su frente-, iban destinados a alimentar a cientos de niños del tercer mundo?
Tras su paso por altas responsabilidades públicas en la Región, Marqués, abandonó la Administración para asumir la dirección general de la distribuidora farmacéutica Hefame, la mayor empresa de esta comunidad. Y desde allí ha sido encomiable su labor humanitaria. ¡Y a pesar de ello, todavía hay quien quiere pedirle cuentas por el Hospital.
Por su parte, Bascuñana, -otro Consejero valido del Presidente-, dice que quiere “pasar página” ¡Qué bien! Primero escribe la página del territorio a su antojo, y después pretende pasarla sin que podamos leerla. Este Bascuñana es un digno sucesor del Consejero Marqués, porque también juega con ventaja. No se siente culpable ni responsable de nada. Hay ocasiones en las que los sentimientos de culpa no afloran. Es pura psicopatía. Lo que distingue a estos personajes, enamorados del territorio, es su dificultad para identificarse con sus víctimas, que en este caso somos todos nosotros. Por eso jamás abandonan el “chollo”.

Pienso que el tiempo también es un territorio. A cierta edad, el tiempo que te queda por vivir es tu único patrimonio. Yo me rebelo contra la gestión de estos jinetes apocalípticos que mercadean con los espacios naturales. ¿Habrá alguien en Murcia que les haga cantar la palinodia?

Por otro lado, alguien puede decirme, ¿qué hace Jaime Peris, catedrático de Derecho Penal, defendiendo a cuantos corruptos en el mundo han sido? Vino a Murcia para solucionar los supuestos problemas que tenía la Facultad de Derecho en el Área Penal. El rector Monreal y el rector Cobacho, -decano entonces-, se equivocaron. Este perspicaz y artificioso abogado vino a Murcia a formar abogados, no a defender lo indefendible, por legítimo que ello fuese.

Comentarios
Miguel profesor de la UMU

No lo había leído hasta ahora mismo. Me parece transparente de tan lúcido por muy sermón que te parezca. Vivimos en una sociedad con valores adormecidos -no deja de ser curioso que las movilizaciones populares se reduzcan ya a los casos de pederastia y escarnio con asesinato y desaparición. La sociedad está anestesiada si no ya desinteresada de todo lo ajeno e incluso de lo propio cuando requiere posturas claras y enfrentamiento. La derecha y sus puntos de vista y maneras de actuar se ven "razonables" y se perdonan sin una sola voz honesta, de relieve social, clara.
¿Dónde están los Tomás Zamora, el defensor del pueblo murciano, los líderes sindicales, los Miguel -el de Lorca-, los presidentes pasados de la Asamblea, Delegados de Gobierno cuya función ha mancillado este Marqués, dónde los empresarios, dónde los directivos de Hefame que corren el riesgo de ser destripados, dónde los rectores de universidad que se han tenido que sentar a planificar la sanidad murciana con él? ¿Podrá el fiscal anticorrupción con este trago?
Lo grave de la justicia en Murcia no es que se vende, es que se regala a los suyos, a los de su misma madera o a los más poderosos porque sí, sin necesidad de soborno, porque toca, porque es lo "natural". ¿Cómo se silencia tan pronto la gracia de un consejero que ultraja la verdad y hace chistecitos de niños con toda la sociedad murciana? ¿Qué cultura tenemos que no se mueve hasta echar a este chulo, creído que comentará en privado cómo se "la ha sacado y se ha meado" en los murcianos "cultos". ¿Pero qué es este rincón del mundo -si es que todo el mundo no es igual- para que hayamos llegado a una situación semejante. Y por no citar más como el paternalismo y algo más de los servicios sociales de la consejería de Bienestar social con el silencio de los profesionales cuya preocupación te comentan en privado. ¿Cuál es y dónde está el equipo que ha de desmantelar y reconstruir esta sociedad ¿Vale para eso el actual equipo del PSOE? No se lo creen ellos mismos. Es más, es posible incluso que no lo vean tan mal.

En fin, Pepe, quién nos ha visto y quién nos ve. Un abrazo fraternal.

POST DATA: Informa la Agencia EFE (5 de Julio de 2011) que la policía intervino al Consejero Marqués, cajas de jamones ibéricos en el trastero de su vivienda, junto con 43.500 euros y un proyecto de central nuclear.

Y Valcárcel, ¿qué dice?


martes, 12 de julio de 2011

CUADRO DE UN POLÍTICO ENORME



Dimensiones: 2.40 x 2.00
Inmenso, infinito, hermoso, genial…, así es el Cuadro. Y, ¡lo que son las cosas!, retrata y perpetua, precisamente, a un personaje sencillo, sobrio, desinteresado, natural… A partir de ahora habrá que ir de vez en cuando a Convalecencia, aunque sólo sea para contemplar el Rector del Cuadro, con mayúscula. No en vano es de cuerpo entero: mide 2.40 x 2.00, según me dicen los encargados de la exposición. Es decir, tan grande como la gestión de ese rector.
Pienso que no debe pasar desapercibida esta Obra Pública. Ya estuvo expuesto en el Museo de la Universidad, pero muchos estuvimos impacientes, esperando que lo colgasen en el lugar más digno de la UMU.
Una nueva ruta de peregrinaje se abre para viajeros, bohemios y adictos al análisis no tanto de las obras de arte, sino de los personajes inmortalizados en ellas ¿Es posible viajar a París y no ver la Gioconda? Creo que no me equivoco al afirmar, que en adelante será prácticamente imposible visitar la Universidad de Murcia sin ver el Cuadro.

¡Míralo, y dime qué ves! Se agolparán en tu mente imágenes sin cuento, referidas a la gestión económica, creación de nuevas plazas, promoción presurosa de los más fieles…, como nunca había ocurrido hasta entonces. Todos somos deudores, no cabe la menor duda, de quien pasó por estos sotos con presura, y yéndolos mirando, vestidos los dejó...

Alguien, -muy listo él-, graduado en Harvard, me habla del tamaño de los demás cuadros, ahora en situación de inferioridad; de la gestión de otros rectores que también hicieron aportaciones inestimables..., pero no hay color. Rector con mayúscula sólo hay uno en esa Galería, para enojo de politeístas.
Miro de nuevo el Cuadro y sonrío casi sin darme cuenta, casi alegre, algo aliviado. Y mi sonrisa me acerca más a los cientos de universitarios bienintencionados, capaces de apreciar
lo grande, lo bueno, lo bello.
Perdimos un rector como se pierde un pájaro, como se roban rosas rojas; pero nos queda el Cuadro. El personaje, -hoy travestido en político-, pasará a la historia por engrosar las arcas de la universidad pública. Nunca abandonó la hacienda. Bien merece ahora un cuadro de tales dimensiones.

Le perdimos como se pierde el tiempo, porque estaba de dios. Y un pájaro dejaba de cantar en este bosque, donde danzan los ecos de tantas voces doctas. Pero nos queda el Cuadro. Esta vez de cuerpo entero.

Post Data.
De pronto, el día de San Juan, apareció otra vez este político enorme, dispuesto a gestionar la Región como antes dejó la UMU, es decir limpia como una patena.

¡Santo Cielo! ¡Vuelve Ballesta!

Me cuenta el prestigioso profesor Ramos de Salamanca, que existe una tradición por la que a los rectores eminentes se les dedica una calle. Así ocurrió con Unamuno y el rector Loustau. No entiendo por qué ahora Murcia, que tuvo la suerte de tener un rector que elevó la imagen de la UMU hasta extremos inimaginables, deje pasar más de cinco años sin dedicarle una calle. Parte del profesorado comparte mi zozobra y pesadumbre ante el retraso imperdonable de la Calle Ballesta.

El rector Ballesta arregló la universidad por dentro y además le dio brillo por fuera. Realizó grandes deseos, entre ellos el Aquarium, -buque insignia de su segundo mandato-, sin apenas recursos. Dejó provistos de sillón a quienes sin él no tendrían ahora ni silla; y junto con su gran gerente, -señor de los anillos-, puso las cuentas en orden, “sin dejar déficit o deuda alguna a su sucesor”, al menos así se desprende del dosier que tengo todavía sobre la mesa. Con su pase a la política, no cabe duda que habrá arreglado también la Región, que falta hace.

Comprendo sus lágrimas de entonces, al dejar el sillón rectoral. Ballesta se había entregado en sus brazos, como si en ello le fuera la vida, hasta el punto de llorar como un niño. ¡Qué historia tan llena de ternura! Y ¿por qué tantas lágrimas si todo le fue tan bien? Quienes no lloran han renunciado a toda esperanza de que sus deseos se cumplan. Mientras que los que hoy lloran es que aún tienen grandes deseos. Sin deseo no hay lágrimas. Es indudable que los deseos de Ballesta son infinitos. Cuando anunció “sotto voce” que abandonaba la política, yo no le creí.

Guardo en un tarro, las lágrimas de este rector de obras públicas, hasta tanto pueda hacerme de las de otros personajes influyentes que también llorarán pronto, dado el amor que profesan al sillón ¡Se me hace un nudo en la garganta! En cualquier caso, con lágrimas o sin ellas, Ballesta se merece una calle. Es verdad que ya le concedieron múltiples galardones durante el tiempo que gobernó con excelencia” la UMU. Pero es, a todas luces, insuficiente. Una calle sería lo más apropiado para quien Murcia le debe tanto..

Como Consejero de Obras Publicas, también ha demostrado ser un generoso gestor. Pese a la crisis, y en plena vorágine popular, se le ha ocurrido licitar tres nuevas autovías, con un presupuesto de 800 millones de euros. En tiempos de crisis, lo más rentable es endeudar las instituciones, con nuevas hipotecas ¡Que sabrán esos manifestantes, -cuarenta mil en las manifestaciones contra los recortes- lo que hay que hacer con los cuartos de la gente!

Hoy 24 de Junio -día de san Juan- hemos recibido con alborozo la noticia de que Ballesta será el nuevo Consejero de Universidades en el Gobierno de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Nuntio vobis Gaudium Magnum diría yo, ante la llegada de un gobernante excepcional, en esta Murcia dejada de la mano de dios. Por fin tenemos lo que nos merecemos. Ballesta vuelve a la universidad de donde nunca debió salir ¡Se acabaron los problemas económicos y académicos! Quien supo montar un aeropuerto en Corvera, casi de la nada; bien podrá imprimir a las universidades un nuevo ritmo, aunque sea sin medios.

Es el momento, por tanto, de recibir a este político, displicente con el poder y la imagen, como se merece: ¡Calle Ballesta, “súbito”! No en vano “él dio un giro a la Universidad, y la acercó a la realidad social”, ha declarado el presidente Valcárcel.

Post Data:

Napoleón Bonaparte durante sus batallas, usaba camisa de color rojo. Pensaba que si era herido, no se notaría su sangre y los soldados seguirían luchando sin temor. Doscientos años más tarde, el Consejero de Obras Públicas, ahora de Universidades, viste de azul-marino. Se sitúa así, más cerca de Catalina la Grande.

El Gobierno de Murcia no es vasallo de nadie”, dijo en declaraciones a la prensa. Hablaba entonces del vasallaje” que supuestamente impone el gobierno de la nación.

En otras declaraciones, el 26 de Junio,-diplomático él- actúa de turiferario y dice así:

-“El presidente de la Región ha sido muy inteligente al conformar cada uno de los gobiernos”.

-”Todos los gobiernos han tenido grandes portavoces…, han ejercido su papel de manera fantástica”. “

-“Cualquiera que se encargue del aeropuerto, lo hará bien”…

Y lo dice sin inmutarse. Ni siquiera una lágrima para estas gestas tan emotivas.

Estamos ante un político adicto y piadoso, para un gobierno maravilloso. Y como queda dicho, en sus “batallas”, siempre usa el azul-marino. Es el color que mejor expresa el vasallaje.



viernes, 8 de julio de 2011

EL OBISPO DE LOS "MARICONES"

Suena fuerte, lo sé, pero sólo pretendo contribuir a que nunca más se use este término para insultar. Una condición que no hace muchos años era razón suficiente para ir a Comisaría, y después pasar a estar entre rejas, se ha convertido en orgullo, en envidia de casados, divorciados, y todos los recelosos del matrimonio cristiano ¡Qué tendrá el agua cuando la bendicen! Pero de pronto surge un obispo que “cura” esta tendencia “desordenada”. Se llama Juan Antonio Reig Pla.

¡Juan Antonio, hijo!, he visto la guía que habéis sacado para curar la homosexualidad y me he quedado de piedra. Nunca pensé que te apuntaras a la “caza del homosexual”. Estoy de acuerdo con tu preocupación por el futuro de los niños, y que para ello sea necesario “un padre y una madre”. Pero no siempre es posible. Sin ir más lejos tú y yo, -todavía niños-, vamos por la vida sin padre y sin madre, y, claro, podemos decir estupideces. Aunque, si lo pienso bien, tú sí tienes padre, con mayúscula esta vez. Como obispo, -de Alcalá de Henares, y anteriormente de Cartagena-, has contado siempre con la clarividencia que da el cargo. Pero esta vez no has estado fino ¿Cómo te metes con los homosexuales, precisamente en el día del “Orgullo Gay”. Ya sé, ya sé, que lo haces por su bien; “con respeto, compasión y delicadeza”, dices en la guía. Pero adviertes que “ni los inmorales, ni los adúlteros, ni los afeminados…, heredarán el Reino de Dios”. Y te apoyas en Pablo de Tarso ¡Así cualquiera!
Hace unos días ya había leído yo en la prensa de Galicia, a un colega tuyo, y me quedé estupefacto ¿Es cierto que curáis homosexuales?, ¿con descargas eléctricas? Pues tendréis mucho trabajo, porque somos cantidad”. Precisamente en mi visita a Vigo, me comentaron algunos colegas un caso tremendo y al mismo tiempo festivo: un homosexual, ante los resultados negativos de las “corrientes” que le estaban aplicando para cambiar de tendencia, le había dicho a su psiquiatra: “¿Sabe doctor que le digo? Prefiero ser maricón”. Nos reímos todos de la reacción de este joven inteligente e ingenioso, que en adelante no podrá contar con la bendición de los obispos.

Pero de Juan Antonio, -que estudió lo justito-, puedo decir mucho y bueno; nadie negará que se trata de un hombre de buen corazón. Precisamente tuvo problemas por llevar su bondad a la Universidad Católica, la UCAM del “Cardenal” Mendoza, -¡tan necesitada de padre y de madre!-; y ha tenido que soportar ciertas sonrisas irónicas cuando en cualquier sobremesa oía que le llamaban alma blanca o simplemente ingenuo; y esto le lleva a plantearse la siguiente cuestión: ¿arrastraré algún trauma infantil debido a un mal destete? Como si de una cruzada se tratara, el bueno de Juan Antonio defiende esperanza para el homosexual”, con tal de recibir tratamiento.

Pero considerar la homosexualidad como una enfermedad es fruto de la ignorancia; y quienes hablan todavía de “curar la homosexualidad” se sitúan fuera de la ciencia. La homosexualidad ya hace tiempo que fue calificada como algo normal por la Organización Mundial de la Salud. No deberían, por tanto, desempeñar funciones educativas o sanitarias los homófobos.

Cada día que pasa, la riña por la sexualidad ilumina con más claridad el pozo negro de nuestra ignorancia. Estamos ya siendo grabados, escuchados y juzgados por quienes nos siguen día y noche para recoger nuestras huellas, cuando amamos a alguien.

José Buendía. Profesor de Psicopatología