viernes, 27 de noviembre de 2009

CREO QUE HE VISTO UNA LUZ

Son las doce y media de la noche de hoy Viernes 27 de Noviembre y algo está ocurriendo en Murcia: La gente en cola más de dos horas denunciando al Alcalde Cámara en la Comandancia de la Guardia Civil, por la ilegalidad de las actuaciones de ayer en los descubrimientos arqueológicos de época islámica en San Esteban.
Nos habían invitado a una reunión en el Colegio de Arquitectos con el fin de tratar el tema. Pero los organizadores se han visto desbordados cuando unas ciento cincuenta personas han planteado su intención de caminar en grupo desde la plaza Mayor hasta la Comandancia de la guardia civil, y poner cada uno su denuncia.
Despues de la marcha, la espera ha sido muy larga por tratarse de denuncias individualizadas. Pero allí he visto de todo: había pintores como Belzunce, arquitectos como Iracheta, profesores como Jesús Galindo, jóvenes con estudios y personas mayores sin cualificar... Algunos se iban a caminar para volver de nuevo, ya que era demasiado duro el plantón.
Lo que quiero decir telegráficamente es lo siguiente: Se trata de un hecho muy relevante. Hace ya muchos años que no habíamos visto cosa igual ¿Cuándo un grupo tan numeroso de gente, a altas horas de la noche se ocupa de algo que aparentemente no tiene que ver con su vida ni con la de su familia?
Acabo de llegar a casa con los pies cansados, pero lleno de esperanza. Creo que he visto una luz, a pesar de la desesperanza que nos infunde cada día tanta mediocridad. Aquí hay madera. No era previsible esto en Murcia. Por eso creo que estamos ante un hecho significativo.
Ayúdame a pensarlo, y te lo explicaré mejor.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Perder el Tiempo

Cuando Dios hizo el tiempo, lo hizo todo, dice un refrán irlandés. “El tiempo es oro”, “no tengo tiempo”, “matando el tiempo”, “perder el tiempo”, “ganar tiempo”. Todos acosados por el tiempo. El tiempo vuela y se convierte en un tesoro inalcanzable. La posibilidad de ganar tiempo preocupa al hombre desde hace mucho, y no solo porque el tiempo es dinero, sino porque el tiempo es el producto de un arte divino.

Actualmente el tiempo tiene una prioridad máxima porque el tiempo es libertad. Y, por ello, “no debemos desperdiciar el tiempo”, “debemos ser puntuales”, debemos diferenciar el tiempo del trabajo del tiempo del ocio... El objetivo es su aprovechamiento intensivo, de forma que se utilice la división en segmentos cada vez menores del tiempo para producir, acumular y organizar las capacidades.
Nuestra actitud frente al tiempo es un reflejo de nuestra actitud frente a la vida, y también respecto de nosotros mismos. Una persona con una agenda repleta de citas y encuentros, aparece como una persona importante. Y cuanto más dificultades tenga para fijar una fecha, más se eleva su importancia. Quien pone fechas dispone del tiempo de los demás, y quien permite a otro disponer de su tiempo está en posición inferior. Son muchos los que se han convertido en seres inquietos, impacientes, irritables por su actitud ante el tiempo. Otros por el contrario son personas tranquilas, sin prisa al parecer, disfrutan del momento sin mirar el reloj. ¡Qué diferentes sensaciones produce una entrevista realizada por Jesús Quintero a la que puede hacer un Carlos Dávila !. La consulta de un psiquiatra o la de un terapeuta de orientación analítica expresan distinto valor del tiempo y sobre todo una actitud diferente.

Cuando alguien me dice que no tiene tiempo, que le gustaría hacer deporte, escuchar música o pasear, pero no tiene tiempo, entiendo perfectamente el mensaje. Siempre hay tiempo para lo que uno quiere, y si es interesante lo que quiere, ese tiempo produce una gran satisfacción: “Te recuerdo Amanda… son cinco minutos, la vida es eterna en cinco minutos…”.

El tiempo en nuestra sociedad va asociado al aumento del dinero y al incremento de la producción y la velocidad; por eso “el tiempo es oro”; pero también es estrés, insomnio, ansiedad, depresión y otros muchos trastornos ¿Dónde está el tiempo para los niños, el tiempo para los amigos, el tiempo de ocio?
Parece que el ser humano sólo puede ser feliz sin el tiempo. El hombre aspira a ser inmortal en la “alegría que quiere la eternidad” de Nietzshe, en “detente, eres tan bello” de Goethe, en la bienaventuranza de los cristianos, o en el Eros de Platón y de Freud. La felicidad sólo se produce en la huida del tiempo. Y con el tiempo parece pasar lo mismo que con la felicidad, que no se reduce sino que se multiplica al compartirlo.