sábado, 16 de febrero de 2019


COMO EL OLIVO

Pidió que le asignáramos una Olivera Centenaria en el Paraje Cortijo Blanco. Y muy cerca de Atenea hay una placa en el tronco de "Henar", que nos indica  que es ella su protectora. No pienso quitar la placa aunque  esté huérfana la olivera. Mi amiga tenía especial querencia a las Centenarias; y yo he tenido el privilegio de compartir  ilusiones, palabras y ternura.
Henar es el nombre del Olivo.
Recuerdo las largas conversaciones  en la Universidad de Salamanca, los paseos  en Laguna de Contreras, las divertidas  sobremesas, donde no faltaban las bromas y chanzas propias de quienes han aprendido a tomarse la vida con el necesario sentido del humor para que todo resulte más llevadero. Descanse en paz más allá de donde se oculta el Sol.  


martes, 5 de febrero de 2019


MALDICIÓN
La “condena” pronunciada el Jueves pasado contra los subsaharianos por los alcaldes, tiene un carácter de maldición. No sé si soplaba el simún cuando un avión llegaba desde Canarias al Aeropuerto de San Javier con inmigrantes. Sin duda en la Región de Murcia a esa hora se había extasiado esa humanidad característica de los alcaldes de la zona con el uso de la vara, que habían estado varios años sin usar.

La prensa nacional nos alarmaba con una noticia de alcance que quiere ser solución: “ El Alcalde de Murcia da orden de detener a los subsaharianos”. Al leerla me dije: “este alcalde tiene un Plan”.  Mientras, el edil de San Pedro del Pinatar, con “mejores” sentimientos, les obsequia con un paseo en autobús hasta la misma sede de la Delegación del Gobierno; porque hay que “dar al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios”.

Después comparecen los ediles de Torre Pacheco, Fuente Álamo, San Javier y sobre todo la Alcaldesa de Cartagena hablando de “humanidad”, “trato vejatorio”, “clima de tolerancia”, con una unción que encoge el alma. ¡Qué escenas tan llenas de ternura! Algunos apelan incluso a “Jesús Abandonado”, que nunca estuvo, precisamente, tan desvalido y desamparado. 

Pero, ¿de quién son los inmigrantes? ¿del Cesar o de Dios?  El asunto empezaba a cobrar tintes paranormales.  Y todos compiten y rivalizan en proponer soluciones “políticas”, -nunca mejor dicho-, al principal problema que tiene nuestro país: la inmigración.

Las reacciones han dejado al desnudo el alma murciana: vengadores, compasivos, resentidos, generosos, hipócritas, magnánimos o empecinados los ciudadanos van emitiendo su veredicto sobre inmigrantes y alcaldes. Cada murciano es un tribunal de apelación, pero a nadie causa asombro lo movedizo de las conciencias. Aquellos que apoyaban el acuerdo entre populares y el Gobierno Canario, son ahora los más justicieros. Y los otros, que han prometido ordenar lo que estaba en desorden, tienen ahora que tirar de hemeroteca para recordarnos que el origen oculto de los hechos viene de lejos. Así es la almadraba para pescar “atunes del Mar Menor”.

La experiencia solidaria del ladrillo, de los alcaldes que han salido a la palestra, -todos con el mismo signo -ya es casualidad- ha convertido a “Murcia Acoge” en una entelequia.  La inmigración tiene carácter de maldición.

Enero de 2004