El Mundo
Interno del Piloto
Según los datos de que disponemos, se trata de un hombre con
una personalidad alterada. Al
estrellar el avión en los Alpes, este piloto se está vengando. Lo tenía
planificado; posiblemente ya lo intentó
otra vez. Su objetivo no es matarse, sino vengarse, aunque para ello tenga que
perecer él también.
“Me habéis hecho mucho
daño; habéis arruinado mi carrera; os voy a llevar a todos por delante…” Esto
es lo que hay en el mundo interno de este piloto, que en su vida diaria aparecía como
simpático e inofensivo.
Pero estamos ante “el loco peligroso”, -que no está loco-,
que sigue un ritual de venganza: “la locura inteligente”. No se trata de un suicidio.
Hay muchas preguntas en el aire, y sólo estamos haciendo inferencias.
Podríamos hablar de ideación paranoide.
Este joven alemán piensa que le hicieron daño, ¿en su vida laboral?, ¿en sus
relaciones sociales? “No puedo confiar en
nadie, tengo que estar constantemente en guardia, se aprovechan de mí, tratan
de hacerme daño, impiden que progrese en mi trabajo…”
La personalidad es algo muy complejo. Ciertas áreas de
funcionamiento psicológico pueden operar de forma normal, mientras que otras no
lo hacen así. Precisamente en la formación y en la selección de los
pilotos no se tiene en cuenta apenas, la personalidad, ¡inmenso error! Tal vez porque las alteraciones de
personalidad no son propiamente enfermedades.
Otro tema más apremiante aún es la atención a las familias
de los muertos, para que elaboren el
duelo, que puede convertirse en patológico.
Hasta aquí mi reflexión a las pocas horas de lo ocurrido.
Posteriormente hemos conocido otros aspectos de la
investigación que está llevando a cabo la Fiscalía. Cabe señalar la información facilitada por la ex-novia del
ya famoso copiloto. Le describe como un hombre "dulce" que le
regalaba flores, pero con una obsesión que no le dejaba dormir: su trabajo. "Hablábamos mucho de aviones. Y
entonces se volvía otra persona. Se excitaba de repente por las condiciones en
las que trabajaba. "Se dio cuenta de que sus problemas le impedirían su gran sueño: ser
capitán de Lufthansa".
También recuerda algunos
comentarios: "Un día haré algo que
cambiará todo el sistema. Y entonces todo el mundo sabrá mi nombre y lo
recordará"… “De repente se
desbocaba y me chillaba.
Se trata de una persona sin control, que está a merced de
sus pulsiones destructivas. No se trata de un enfermo mental, sino de una persona
que ha dado cabida al instinto destructivo y a la crueldad”.
No puedo entender cómo algunos profesionales tratan de explicar lo ocurrido por una supuesta depresión. La depresión
lleva incluso a autolesionarse, pero nunca a hacer daño a los otros. Lo del
copiloto no tiene nada que ver con la depresión ni con otras enfermedades
mentales. Todo indica que fue premeditado y responde a una personalidad alterada, que
actúa sin tolerancia a la frustración.
No se entendería la decisión de estrellar el avión con 150
personas, sin tener en cuenta que en el interior de cada persona, hay una
pulsión (Trieb, en alemán) destructiva. Quiero decir que el
individuo humano no es un angelito, y sin una adecuada educación, puede
convertirse en la peor de las fieras.
Al piloto alemán que no lo califiquen de
enfermo mental. Los enfermos mentales no se merecen esto. No estrelló el avión por padecer depresión, sino por la
incapacidad de sentir compasión.