martes, 29 de mayo de 2012


APUNTEN  BIEN
Todos sabemos que los hombres -sea por falta de habilidad o por descuido- “no apuntan bien”. Este es el motivo de que en algunos países europeos sea frecuente ver urinarios públicos con una especial particularidad; en nuestro país, también se va introduciendo esta moda. Se trata de urinarios blancos con un pequeño insecto dibujado en el interior. El objetivo es que el usuario, atraído por un profundo deseo de enviarlo tubería abajo, dirija la meada con toda precisión hacia el interior del urinario. Obviamente, el insecto está ubicado casi en el centro, donde se evitan las salpicaduras.
Es imposible no apuntar al insecto para intentar acabar con su vida, a pesar de que uno sabe que no es más que un dibujo. Pero el fenómeno contiene un segundo autoengaño aún más grave: El usuario sabe perfectamente que el dibujo ha sido colocado ahí para el autoengaño, y aun así se cae en la trampa. Asistimos con este ejemplo a un hecho que caracteriza a la condición humana: la virtud de auto-engañarse.
Nos engañamos a nosotros mismos todos los días. Se engañan los directivos, los inversores, los periodistas, los políticos… El autoengaño es una práctica común y peligrosa porque nos aleja de la realidad, y el precio que pagamos por vivir en la mentira es muy alto. 
 
Hace algún tiempo publiqué un artículo sobre la arrogancia y el desprecio por las opiniones de los demás que aqueja a quienes tienen poder. Precisamente, la crisis global financiera tuvo su origen en este síndrome. Hasta un análisis superficial de los líderes de algunos de los grandes bancos que se desmoronan, pone de manifiesto que el autoengaño subyace a todo. Los bancos llevan varios años tasando inmuebles que saben que están absolutamente sobrevalorados. Aun así, a final de año presentan cuentas con beneficios desorbitados. El autoengaño es un mecanismo que ha sido seleccionado para servir al engaño. Y es que la adicción al poder y al dinero es como una enfermedad. De hecho hay un desorden narcisista de la personalidad de cuyo espectro es posible que el síndrome de autoengaño forme parte.

Algunos directivos se caracterizan precisamente por estos rasgos de torpeza emocional. Hacen de la mentira o el cinismo una herramienta, tienen una equivocada noción de sí mismos, y su gestión está contaminada por la necesidad de poder. En estos casos no hay que buscar exculpaciones a su comportamiento. Hay que juzgarlos con los criterios más estrictos.

He estado pensando acerca de directivos sujetos al autoengaño, y son legión. Pero en este momento las principales “salpicaduras” las estamos recibiendo de banqueros como Rodrigo Rato, de políticos como De Guindos o Werrt, e incluso de jueces como  Carlos Dívar. A pesar del insecto, no apuntan bien; y esas “salpicaduras” se convierten en un atentado a la salud de la gente. Ahí está  el origen de la desesperanza, antesala del suicidio. No nos pueden hacer más daño.  
¡ Por favor, APUNTEN BIEN!

 


lunes, 21 de mayo de 2012


AMIGOS

Si tuviera un millón de amigos y  les  pidiera un euro a cada uno, sería millonario.
Si tuviera 500 mil, uniríamos las manos para desalojar a los que abusan del poder.
Si tuviera 365, pasaría cada día del año con uno de ellos. 
Si tuviera cuatro, tendría asegurados quienes cargarían mi ataúd. 
Pero si tuviera un sólo amigo, y lo tengo, no necesitaría tener más. 
Porque amigos son los que en los buenos momentos acuden si son llamados, y en los malos vienen solitos.

lunes, 14 de mayo de 2012


MEJOR EN GRUPO

"Grupo de los 40", le llamamos al principio, porque éramos 40 exactamente los comensales aquel día en “la Bruja”. Después llegamos a  más de cien. Ahora podemos hablar de Grupo estable.
No aspiramos a cargos, ni a recibir prebendas de ningún tipo,  lo cual nos hace insumisos y críticos con tantos  vendedores de humo. En nuestras filas hay ilusionados, recelosos de los “políticos” y de los banqueros, personas con ideas diferentes…,  pero coincidimos en el interés social.

Somos amigos, tenemos amigos, y ese es nuestro principal patrimonio; y en muchos casos el único. Pero algunos tienen también enemigos y eso les honra. Nuestras reuniones son de amigos que además del placer de estar juntos, tratan de poner en común algunos aspectos de la vida social y cultural, que necesita de un abordaje nuevo. 


El carácter radical de la Crisis pone de manifiesto que lo que está en juego son las ideas más incuestionables, el horizonte de nuestros significados, nuestra comprensión cotidiana de la vida. Lo que está en juego es nuestra propia supervivencia como ciudadanos. De ahí nuestro compromiso. En Grupo y con Esperanza. La investigación del comportamiento humano, pone de manifiesto que la fuerza de quien de verdad cree en algo con el corazón, es enorme, y muy superior a la que sólo se basa en el raciocinio. “Pueden, porque creen poder”, dirá Virgilio con más razón que un santo.

jueves, 3 de mayo de 2012

  
ESPÍRITU UNIVERSITARIO

Cada vez que tiene lugar un Acto Académico Solemne, se le nombra, se ensalzan sus maravillas y se nos recomienda permanecer bajo su patrocinio. Pero, tal vez por incapacidad, yo no me entero. Me resulta familiar el Espíritu Santo  desde que era un crío,  pero el espíritu universitario  para mí sigue siendo un misterio. No he podido verlo, ni  oírlo, ni siquiera sentirlo ¡Ya me gustaría que me poseyera!, pero por lo visto no lo merezco.

 Pero hay más. He de confesar  con rubor y azoramiento, que  dudo de su existencia. No creo en el espíritu universitario; en esta Casa no hay espíritu que valga. Y nunca descendió “a guisa de pájaro columbino” sobre las cabezas de los más sabios y prudentes de esta institución tan secular, hija putativa de la iglesia del medievo.  Me he hecho agnóstico en lo que se refiere a este espíritu académico; y después de las medidas del Ministro Wert, también casi ateo sobre su existencia en la universidad pública española.

Quiero que  me entiendan bien. Yo tengo  creencias, ¡faltaría más!, y una de las más firmes es “el espíritu” ¿Cómo si no, puede uno rebelarse contra la omnipotente “escuela de mandarines” sin que te desintegren?, ¿cómo puede  un don nadie plantar cara a los chanchullos sin cuento que tienen lugar con estilo universitario, es decir  sin que se sepa, sin que se diga, sin que se note? Es el  espíritu quien visita la mente de los suyos, “hóstem repéllas lóngius”.

Pero todavía son muchos los que piensan que el espíritu universitario existe. Y un ex-rector apostilla para tranquilizarme: “Chanchullos ha habido siempre ¡Pues lleva razón este ex-rector! El espíritu universitario aquí y ahora es  el triunfo de la mediocridad, y por lo tanto no cabe dudar de su existencia.