viernes, 31 de octubre de 2014

 

Karoshi

Hace algún tiempo, publiqué un artículo sobre la hibrys de los políticos, y tuvo su interés, según me dice una periodista desde Madrid. Ahora me piden algo parecido sobre Karoshi (como si yo fuera especialista en nombres exóticos), también para un reportaje.

El Karoshi -no sé si conoces el fenómeno- provoca que los trabajadores se suiciden (o mueran de forma no voluntaria) por un exceso de trabajo. He pensado que tal vez me puedas ayudar por tu conocimiento sobre la vida y milagos de personas influyentes. Ya le he dicho a la periodista que en Murcia no hay karoshi; que aquí se vive como dios y que esta vez muy poco puedo aportar yo. Pero en nuevos correos me piden que diga..., ¡qué insistencia para que hable de algo que no interesa!

Busco karoshi por todo el territorio regional y casi no encuentro nada; a lo más los apuros de un Alcalde con motivo de su dedicación a temas urbanísticos y a los papeles de una cátedra que al parecer le van a "regalar". Pero ¿es esto karoshi?, no me lo parece. Con más cara que espaldas, acaba de decir que es feliz , y que sólo necesita para su felicidad seguir siendo alcalde. 

Observo el comportamiento del que fuera "autor" del nuevo Aeropuerto, desde su Obra Pública, y tampoco veo karoshi por ninguna parte. Esto me tranquiliza, Ballesta no se suicida. 

El presidente de la patronal, los directores de las Cajas de ahorros, el presidente del Real Murcia, el Rector de la Universidad, el cardenal Mendoza etc., afortunadamente, no son víctimas de karoshi. Únicamente, he encontrado indicios de este fenómeno japonés en el presidente Garre que   trabaja muchas horas pidiendo "generosidad" a los imputados de su gobierno para que se vayan.

En fín, que he tenido que salir de Murcia para entender el fenómeno. Rato (que apenas duerme), Aguirre ( que apenas come), Rajoy ( que apenas piensa) y una larga lista, son candidatos a karoshi, si no toman medidas de urgencia, y "trabajan" menos. 

sábado, 18 de octubre de 2014


   Podemos
         Llama la atención, que un partido, PODEMOS, que apenas acaba de nacer, tenga tantos seguidores. En Murcia también.

         No hace falta ninguna encuesta para saber que la inmensa mayoría  están hartos del punto muerto en el que se ha convertido la política: Se ha degenerado muy seriamente el medio ambiente; la educación y la sanidad están colapsadas; y la corrupción institucional se ha disparado. Nuestras universidades devienen en Escuelas de Formación Profesional, disputándose las titulaciones a impartir, sin disponer de condiciones para ello. Es difícil prosperar y obtener ayudas sin pagar sobornos, aquí donde la libertad de expresión está amenazada.

Muchos de los males que aquejan a la Región proceden de una quiebra cultural que no puede curarse con regidores mediocres, sean del color que sean. Es demasiado serio el momento que atravesamos, como para seguir rindiendo pleitesía a mandarines y cabildantes. Muchos de ellos se muestran muy activos, pero se trata de un activismo vano. Actúan como vendedores de humo. Todos los días, unas veces de perfil y otras de frente, aparecen en el mercadillo mediático exhibiendo su obra pública, pero con un déficit de decencia que espanta.
¿Hay alternativa? La gente dice que no, porque “todos son iguales”.  Hasta ese extremo de confusión ha llegado la legitimación de la mala política.

Yo pienso que PODEMOS.  Pero para ello hay que ponerse de pie.