martes, 12 de julio de 2011

¡Santo Cielo! ¡Vuelve Ballesta!

Me cuenta el prestigioso profesor Ramos de Salamanca, que existe una tradición por la que a los rectores eminentes se les dedica una calle. Así ocurrió con Unamuno y el rector Loustau. No entiendo por qué ahora Murcia, que tuvo la suerte de tener un rector que elevó la imagen de la UMU hasta extremos inimaginables, deje pasar más de cinco años sin dedicarle una calle. Parte del profesorado comparte mi zozobra y pesadumbre ante el retraso imperdonable de la Calle Ballesta.

El rector Ballesta arregló la universidad por dentro y además le dio brillo por fuera. Realizó grandes deseos, entre ellos el Aquarium, -buque insignia de su segundo mandato-, sin apenas recursos. Dejó provistos de sillón a quienes sin él no tendrían ahora ni silla; y junto con su gran gerente, -señor de los anillos-, puso las cuentas en orden, “sin dejar déficit o deuda alguna a su sucesor”, al menos así se desprende del dosier que tengo todavía sobre la mesa. Con su pase a la política, no cabe duda que habrá arreglado también la Región, que falta hace.

Comprendo sus lágrimas de entonces, al dejar el sillón rectoral. Ballesta se había entregado en sus brazos, como si en ello le fuera la vida, hasta el punto de llorar como un niño. ¡Qué historia tan llena de ternura! Y ¿por qué tantas lágrimas si todo le fue tan bien? Quienes no lloran han renunciado a toda esperanza de que sus deseos se cumplan. Mientras que los que hoy lloran es que aún tienen grandes deseos. Sin deseo no hay lágrimas. Es indudable que los deseos de Ballesta son infinitos. Cuando anunció “sotto voce” que abandonaba la política, yo no le creí.

Guardo en un tarro, las lágrimas de este rector de obras públicas, hasta tanto pueda hacerme de las de otros personajes influyentes que también llorarán pronto, dado el amor que profesan al sillón ¡Se me hace un nudo en la garganta! En cualquier caso, con lágrimas o sin ellas, Ballesta se merece una calle. Es verdad que ya le concedieron múltiples galardones durante el tiempo que gobernó con excelencia” la UMU. Pero es, a todas luces, insuficiente. Una calle sería lo más apropiado para quien Murcia le debe tanto..

Como Consejero de Obras Publicas, también ha demostrado ser un generoso gestor. Pese a la crisis, y en plena vorágine popular, se le ha ocurrido licitar tres nuevas autovías, con un presupuesto de 800 millones de euros. En tiempos de crisis, lo más rentable es endeudar las instituciones, con nuevas hipotecas ¡Que sabrán esos manifestantes, -cuarenta mil en las manifestaciones contra los recortes- lo que hay que hacer con los cuartos de la gente!

Hoy 24 de Junio -día de san Juan- hemos recibido con alborozo la noticia de que Ballesta será el nuevo Consejero de Universidades en el Gobierno de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia. Nuntio vobis Gaudium Magnum diría yo, ante la llegada de un gobernante excepcional, en esta Murcia dejada de la mano de dios. Por fin tenemos lo que nos merecemos. Ballesta vuelve a la universidad de donde nunca debió salir ¡Se acabaron los problemas económicos y académicos! Quien supo montar un aeropuerto en Corvera, casi de la nada; bien podrá imprimir a las universidades un nuevo ritmo, aunque sea sin medios.

Es el momento, por tanto, de recibir a este político, displicente con el poder y la imagen, como se merece: ¡Calle Ballesta, “súbito”! No en vano “él dio un giro a la Universidad, y la acercó a la realidad social”, ha declarado el presidente Valcárcel.

Post Data:

Napoleón Bonaparte durante sus batallas, usaba camisa de color rojo. Pensaba que si era herido, no se notaría su sangre y los soldados seguirían luchando sin temor. Doscientos años más tarde, el Consejero de Obras Públicas, ahora de Universidades, viste de azul-marino. Se sitúa así, más cerca de Catalina la Grande.

El Gobierno de Murcia no es vasallo de nadie”, dijo en declaraciones a la prensa. Hablaba entonces del vasallaje” que supuestamente impone el gobierno de la nación.

En otras declaraciones, el 26 de Junio,-diplomático él- actúa de turiferario y dice así:

-“El presidente de la Región ha sido muy inteligente al conformar cada uno de los gobiernos”.

-”Todos los gobiernos han tenido grandes portavoces…, han ejercido su papel de manera fantástica”. “

-“Cualquiera que se encargue del aeropuerto, lo hará bien”…

Y lo dice sin inmutarse. Ni siquiera una lágrima para estas gestas tan emotivas.

Estamos ante un político adicto y piadoso, para un gobierno maravilloso. Y como queda dicho, en sus “batallas”, siempre usa el azul-marino. Es el color que mejor expresa el vasallaje.