domingo, 24 de noviembre de 2013


La Sociedad del Malestar 
              
¿Te despiertas con los problemas del trabajo en la cabeza? ¿Te exigen un ritmo frenético? ¿Tienes mucha responsabilidad? ¿No recibes el reconocimiento que mereces?... Puede que hayas sucumbido a una de las fuentes de enfermedad más frecuentes del mundo moderno. Las personas que padecen estrés tienen el doble de posibilidades de sufrir un infarto agudo de miocardio respecto a los que llevan una vida más tranquila, pero es que además su peso como factor de riesgo cardiovascular es equiparable al de la hipertensión y la obesidad abdominal.

Otro efecto indirecto del estrés es que estas personas tienen un estilo de vida nada cardiosaludable, hacen poco ejercicio, combaten la ansiedad comiendo de forma insana, sufren sobrepeso y muchos fuman y beben más. Un comportamiento caracterizado por la impaciencia, los enfados frecuentes y la tensión mental o física puede precipitar un accidente cardiovascular.

¿Qué condiciones de trabajo pueden aumentar el riesgo de enfermar? Por supuesto el desempleo.  Pero también las actividades que presentan una demanda elevada y un margen de decisión limitado, la discrepancia entre esfuerzos  y recompensas , y un clima de relaciones interpersonales negativo. En estas condiciones, la sobre-implicación en la tarea  puede actuar como un gatillo para desencadenar estrés.

Ante este panorama  han surgido signos de preocupación. Algunas organizaciones empiezan a medir el riesgo, y a implantar medidas  y programas de apoyo para aliviar la tensión. Y como siempre, del  problema surge un negocio. Una floreciente  industria  anti-estrés está surgiendo a consecuencia de la demanda de los afectados y de la inquietud de empresas e instituciones: psicoterapias, gimnasios, centros de meditación, de masaje, de disciplinas orientales... El objetivo es frenar el ritmo, relajarse y aprender a que el organismo desarrolle herramientas internas para sobreponerse.

En EE.UU, más del 25% de la población activa participa ya en algún programa para controlar la tensión. En España muy pocas organizaciones ofrecen este tipo de servicios, por lo que cada uno ha de encontrar dentro de sí mismo los recursos que le ayuden. A unos les bastará el apoyo de su familia, a otros les irá mejor practicar ejercicio físico, algunos precisarán la orientación de un profesional. Lo importante es mantener el Control.

Para terminar, voy a señalar, telegráficamente, algunas formas de manejar las situaciones de estrés:
-Localiza el origen del estrés. Algunos factores de estrés pueden evitarse.
-Aprende a decir no. Pasa 15 minutos al día sentado, respirando profundamente y pensando en una imagen relajante.
-Sé positivo. Aprende a ver la parte buena de las cosas.
-Practica regularmente una actividad física. No descuides la alimentación.
-No te aísles. Comparte tiempo con tus amigos. Sentirse útil a los demás  siempre ayuda.

No se pueden controlar todas las situaciones potencialmente estresantes, pero se puede modificar la forma  de manejarlas.