Esta es la palabra más elocuente, mágica y alucinante que he escuchado referida al escrito de un rector. Un veterano profesor, decano él, calificaba de esta manera ese escrito ¡Qué riqueza de vocabulario tiene nuestro idioma castellano! Si hubiese utilizado el decano otros términos, supuestamente sinónimos, como remilgado, melindroso, cursi o blandengue, no sería lo mismo. Ñoño ¿Cómo encontró ese sencillo y hermoso vocablo, ya obsoleto, que define como nadie el escrito del rector? La capacidad de este compañero para pronunciar la palabra oportuna en el momento adecuado es admirable. No es de Letras, pero como si lo fuese. Y si no, vean: Hace ya tiempo, el rector publicaba un artículo en la sección de deportes de la prensa regional, con el título: Somos de Primera. Y más recientemente publicaba otro, esta vez sobre tema serio. Desde el más profundo respeto a su contenido y, ¡faltaría más!, a su admirable querencia y propensión a los medios, quiero expresar mi asombro y aturdimiento por su estilo literario.
He de confesar que no sigo al personaje, pero, mira por dónde, unos colegas acaban de enviarme el escrito de réplica a “Somos de Primera”, firmado por tres decanos. La prensa regional no publicó el ¿“despropósito”? de estos veteranos profesores, -miembros del Consejo de Gobierno-, que añadían al título inicial sólo una interrogación: ¿Somos de Primera? Claro que no es fácil que la murcia-profunda comulgue con un escrito que interpela al rector además de fútbol, de su compromiso con
Se equivocan los que dicen que un rector pueda buscar algo en extramuros. No es verdad. Si en algún caso, el sillón del poder va “de oca a oca”, no es por ambición, sino por celo; pero no quiero desviarme del objetivo inicial. Cualquiera de los escritos de este rector, -hoy travestido en político de obras públicas-, no resistiría el filtro de cualquier medio de alcance nacional. Pero eso no quita para lo que expresan los decanos: “nuestro rector es uno de los personajes más conocidos del escaparate mediático regional”. Quiere decir que ha tenido que sudar la camiseta, aunque no ande muy fino en literatura.
Mira que he leído escritos de rectores a lo largo de más de treinta años en
Propongo que se creen “unidades para enseñar a escribir” en el ICE, en los departamentos de Lengua y Literatura, y hasta en Cursos de Verano. El lenguaje y el estilo literario, hay que considerarlo como lo que es: un tema prioritario. Y difícilmente se podrá creer que la universidad progresa si no es venciendo el gusto por lo ñoño.