jueves, 26 de agosto de 2010

EL CONSEJERO BALLESTA

Si escuchas a este personaje hablar, devienes de inmediato en una vida ejemplar.

“Creo en la vida eterna”, dice en la entrevista de Antonio Arco, el Consejero de Obras Públicas. Y es que está predestinado a seguir manejando el presupuesto desde el Más Allá.

No le gusta el poder, pero es su sino. Un hombre que administra tan escrupulosamente los dineros públicos (consúltese la cuenta de resultados de la UMU, durante su mandato), ha de tener siempre un cargo.

“Soy un hombre feliz” dice más adelante, sin ningún pudor, el Consejero de Moda. Pero un Rector no puede ser feliz; y el personaje que nos ocupa, -hoy travestido en político-, jamás podrá alcanzar la “felicidad”. Otro día les explicaré por qué.

En definitiva, una entrevista ñoña y superficial: ¿La felicidad? ¡Qué cosa tan superficial! Y encima, el rector de obras públicas se presenta como peligroso: “Es temible, cuando se sale de madre”, dice.

Todo apunta a una vida ejemplar. ¡Lo que faltaba!