domingo, 22 de julio de 2012

POLÍTICOS EN MANGAS DE CAMISA  

 

¿Qué ropa me pongo? , preguntó Catalina la Grande a su doncella horas antes de dar el golpe palaciego que le llevó a acaparar el poder imperial. Quien va a salvar una patria no puede vestirse de cualquier forma. No lo entendió así nuestro presidente, Ramón Luis, cuando ni corto ni perezoso se presenta en mangas de camisa, “descamisado”, ante los periodistas que él mismo había convocado junto a los chiringuitos del Pinatar. Un mandatario, demócrata a carta cabal, pero con ambición desmedida, resulta que va sin asesor, sin doncella, y sin sastre. No hizo la pregunta obligada: ¿Qué traje me pongo?

Quien habla como él habló,  ha de vestir como dios manda. “La manipulación de la justicia, llevó a tomar pueblos” (sic). Se refiere el presidente a los municipios de Librilla, Totana y Torre Pacheco donde fueron arrestados y encarcelados sus respectivos alcaldes, por presunta implicación en casos de corrupción urbanística. Por lo visto, estos “regidores ejemplares”, acusados de fraude, prevaricación, tráfico de influencias, cohecho y blanqueo de capitales deben ser considerados como un modelo a seguir. “Hay una persecución del PP, y hay periodistas usados de francotiradores... ". Y hablaba, hablaba hasta la extenuación.

¿Qué le pasará al "pobre" Valcárcel? Ya lo tengo: habló en mangas de camisa, “descamisado” ¿No había un traje para este hombre, que gobierna con tanto acierto, “la región más austera de España”? Gasta en protocolo menos que nadie, sigue diciendo a los periodistas, aludiendo a las comidas de funcionarios de las consejerías. ¡Ah!, ¿pero los funcionarios comen?, quiero decir del erario público. Menos mal que el presidente sin traje, arregló el desaguisado con una frase que no tiene desperdicio: Siento vergüenza ajena por tener que tratar temas como este. ¡Si hubiera vestido como dios manda, no habría dicho “tonterías”! Un político austero y moderado no puede convertirse súbitamente en exaltado, descuidado o mendaz.
Pienso que hace lo que ahora toca: hablar desde las playas sobre fiscales, jueces, policías y por supuesto el gobierno. Vean de nuevo esta perla cultivada: “la persecución del PP llevó en su día en la región de Murcia a tomar literalmente un pueblo” ¡Pero hombre, con el alcalde en la cárcel, alguien tendría que “tomarlo”!, digo yo. Y qué significará tomar.

¿Qué le pasará a Valcárcel que  no atina? Pienso en la gripe A, en un golpe playero de sol, o lo más factible, en un subidón de autoconcepto. En fin algo pasajero. Pronto pedirá disculpas y volverá a la cordura de entonces: Que Librilla, -Libre Villa decía mi abuelo-, no merece un alcalde “descamisado” como el que tiene. Que Totana “ya no es totana” desde que su regidor entró en el trullo. Y que Torre Pacheco no quiere ver a un edil tan elegante en prisión. Me decían los reclusos, que este hombre no paraba de llorar. Sus lágrimas ya lo han purificado. Abogo por el indulto.

A estas alturas, seguro que el bueno de Ramón Luís se habrá dado cuenta que debe aumentar los gastos de protocolo, porque ha de acudir a un asesor, a "la doncella", o al sastre para preguntarles cada mañana: ¿Qué ropa me pongo? Quien va a salvar la región, no puede vestirse de cualquier forma.

POST DATA: Hoy, 22 de Julio, aparece el presidente con traje blanco. "Últimamente solo visto trajes claros, de Primera Comunión"... "los de los trajes negros me empiezan a jorobar". Esta vez, hizo a  su doncella la pregunta obligada: ¿Qué ropa me pongo? Para el viaje a Bruselas, lo mejor es el blanco.

El presidente Valcárcel, con 17 años en el cargo, renace de nuevo: "Me gustaría coger el tren a Bruselas..., creo que podría hacer un papel interesante". Pero al mismo tiempo"el hombre vestido de blanco" no oculta su intención de recurrir a los fondos de Rescate del Estado.
Cada  murciano deberá  preguntarse ahora: ¿Qué ropa me pongo?