martes, 9 de octubre de 2012

SÓLO LA MUERTE 

“Tiene  usted, don José, un malecito en el labio superior. Es el triángulo de la muerte” (sic), me dice una mujer de mediana edad, a quien no conozco. “Cuando llegue a casa, con un algodón, póngase alcohol”, acaba diciendo.  Y desde entonces, estoy metido en el proyecto de un  libro sobre la muerte.

Durante el tiempo que aún me quede, un año,  cinco, diez, quince..., ¡qué más da!, siento que tengo que decir sobre la muerte algo que desconozco. Tal vez la vida sea “una pasión inútil”, pero en cualquier caso una pasión de la que forma parte el arte de escribir y de pensar. Me inspira especial ternura la persona cercana que va a morir pronto. Y  si después se recupera,  le suplico que no vuelva nunca a morirse. En fin, el tema es de un interés tremendo. Puse en el blog una nota, "Matar es un placer", con motivo de la ejecución de Osama Bin Laden. Y después otra, "Mi última voluntad", a propósito de personas que voluntariamente han decidido morir. Hay dos formas de morir: al contado y a plazos; por desplome prematuro y por desgaste gradual. La mía es una muerte  a plazos. 

Me invitan al Casino a dar una conferencia sobre "el sentido de la vida", y no pude menos de referirme a la muerte. Al acabar, una persona influyente por su actividad económica y social, me habla de política, bueno de "izquierdas-derechas". Dije que esa terminología, la considero obsoleta. "Yo no soy de derechas, pero tampoco de izquierdas, según lo que usted entiende por izquierdas”. Compartir saberes y riquezas es ser de izquierdas. Eso le dije a este “neocatecumenal”. Igual hasta le ayuda a encontrar el sentido de la vida.

Post Data:
El Gobierno ha subido los costos de enterramiento. Hay que aplicar el 21% de IVA ¿Sabes qué? He decidido no morirme por segunda vez, hasta tanto venga otro gobierno más sensato que autorice a morirse gratis.