lunes, 30 de octubre de 2017



Lo que sucede en Cataluña,
es cuestión de Poder

Cada vez más, amigo Fabio, te pareces al Quijote. "No pene usted que no hay mal que cien años dure o tiempos vendrán que los actuales te parecerán el paraíso". Llevas razón porque peores tiempos ya los he pasado.
Con motivo de lo que está ocurriendo en Catalunya, te pregunté en una de esas gratas conversaciones de fin de semana si los nacionalismos son de izquierdas. Recuerdo tu respuesta: “Depende”.

Después he escuchado con atención al mago Junqueras, a la muy ambivalente  Colau, y sobre todo al propio Puigdemont, hijo político de Pujol. Mi perplejidad es extrema. Gracias Fabio por darme a conocer tus puntos de vista, aunque no entiendo  el “depende”.

“Compartir saberes y riquezas”, escribí yo entonces para definir en qué consiste ser de izquierdas.  Era una forma de eliminar de un plumazo a todos los que utilizan el poder para enriquecerse o para dominar.

“A mí me lo preguntas?”  Los independentistas catalanes,  un nido de mediocres, auténticos trepas investidos honorables. Yo aplico en el análisis de estos “meapilas”, todo lo que entraña el “compartir saberes y riquezas”.
 
“Independencia para aumentar la fraternidad con todos los pueblos del mundo, empezando por los pueblos de España con los que queremos vincularnos”.

Esto dijo Puigdemont en su mensaje, un día después de la declaración de independencia, bajo los efectos de un Ataque de Pánico.  Es la degradación humana en situaciones de miedo.

Y  les confieso que da miedo ver a unos políticos presos de pánico, que  les hace mentir; y a la gente-gente desconcertada y maltrecha, sin comprender hacia donde les conducen estos bárbaros.