Lo que sucede en
Cataluña,
es cuestión de
Poder
Cada vez más, amigo Fabio, te pareces al Quijote. "No
pene usted que no hay mal que cien años dure o tiempos vendrán que los actuales
te parecerán el paraíso". Llevas razón porque peores tiempos ya los he
pasado.
Con motivo de lo que está ocurriendo en Catalunya, te
pregunté en una de esas gratas conversaciones de fin de semana si los nacionalismos son de izquierdas.
Recuerdo tu respuesta: “Depende”.
Después he escuchado con atención al mago Junqueras, a
la muy ambivalente Colau, y sobre todo
al propio Puigdemont,
hijo político de Pujol. Mi perplejidad es extrema. Gracias Fabio por darme a conocer tus puntos de vista, aunque no entiendo el “depende”.
“Compartir saberes y riquezas”, escribí yo entonces
para definir en qué consiste ser de izquierdas. Era una forma de eliminar
de un plumazo a todos los que utilizan el poder para enriquecerse o para
dominar.
“A mí me lo preguntas?” Los independentistas catalanes, un nido de mediocres, auténticos trepas investidos
honorables. Yo aplico en el análisis de estos “meapilas”, todo lo que
entraña el “compartir saberes y
riquezas”.
“Independencia para aumentar la
fraternidad con todos los pueblos del mundo, empezando por los pueblos de España con los que queremos vincularnos”.
Esto dijo Puigdemont
en su mensaje, un día después de la declaración de independencia, bajo los
efectos de un Ataque de Pánico. Es la degradación
humana en situaciones de miedo.
Y les confieso que da miedo ver a unos políticos
presos de pánico, que les hace mentir; y
a la gente-gente desconcertada y maltrecha, sin comprender hacia donde les
conducen estos bárbaros.