La hybris de los políticos
El término hybris, derivado de una antigua palabra griega, define la arrogancia y el desprecio por las opiniones de los demás que aqueja a quienes tienen poder. Se trata de un síndrome que afecta a muchos políticos. Pero no es una enfermedad sólo de políticos, sino de quienes tienen poder. Este síndrome está causando un montón de problemas en todo el mundo. Precisamente, la crisis global financiera tuvo en su origen mucha hybris. Hasta un análisis superficial de los líderes de algunos de los grandes bancos que se desmoronaron, o de los líderes políticos que intervinieron, pone de manifiesto que la hybris subyace a todo.
Los investigadores británicos son quienes mejor han explorado las enfermedades de los dirigentes, y concretamente la hybris, término acuñado por el profesor Owen. La gente también sabe de su existencia, cuando dice «a ese se le ha subido el cargo a la cabeza» o «no hay quien le diga nada». Hay un desorden narcisista de la personalidad de cuyo espectro el síndrome de hybris forma parte.
Señalaré dos casos no comparables, pero en alguna medida víctimas de hybris: el presidente del Gobierno regional y el alcalde de Murcia. El Presidente responde a multitud de problemas de forma hybrística. Intenta con frecuencia fingir que no hay problema. El sentimiento de impotencia y la desesperanza de los ciudadanos se los debemos a la hybris.
El Alcalde de Murcia es una víctima en estado avanzado de esta enfermedad. Va de imagen pero su larga gestión en la administración pública ha puesto de manifiesto que padece hybris. Esa gestión bien merece una reflexión serena y respetuosa, que dejamos para más adelante
Son muchos los afectados por esta enfermedad. Los hombres de las finanzas, políticos o altos ejecutivos suelen padecer en algunos casos hybris. Es necesario por tanto, alertar a tiempo, establecer bien el síndrome y tomar medidas.
En estos casos no hay que buscar exculpaciones a su comportamiento. Si ocupan un cargo hay que juzgarlos con los criterios más estrictos. No hay ninguna obligación de presentarse a un cargo democrático, pero quien lo hace, tiene que actuar con la mayor transparencia.
Son muchos los afectados por esta enfermedad. Los hombres de las finanzas, políticos o altos ejecutivos suelen padecer en algunos casos hybris. Es necesario por tanto, alertar a tiempo, establecer bien el síndrome y tomar medidas.
En estos casos no hay que buscar exculpaciones a su comportamiento. Si ocupan un cargo hay que juzgarlos con los criterios más estrictos. No hay ninguna obligación de presentarse a un cargo democrático, pero quien lo hace, tiene que actuar con la mayor transparencia.
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