jueves, 11 de septiembre de 2014

  
Los sudarios no tienen bolsillos
Comentario de la Profesora Martía Blanco



Con esta frase de sor Lucía Caram, monja contemplativa dominica casi tan popular en los debates políticos como Belén Esteban en el mundo del cotilleo, y prácticamente con la misma preparación, queda resumida la carroña que se está vertiendo en las redes sociales a cuenta del fallecimiento de Emilio Botín. 


Botín es culpable de ser padre, hijo, nieto y bisnieto de banqueros, de ser multimillonario, y de ser amigo de políticos que le deben (todos) favores de diferente índole. Pero además era dueño de un grupo bancario que genera,  a lo tonto, 180.000 puestos de trabajo directos. Yo prefiero que fuera de España conozcan a Emilio Botín antes que a sor Lucía Caram, para qué voy a engañarles. Era un señor que trabajó desde muy joven y su empresa está saneada y funciona. También se ocupó de que sus hijos, con capacidades diferentes, se familiarizaran con el negocio familiar desde jóvenes. Por supuesto, tampoco ha caído bien que Ana Patricia Botín sea la sucesora. Sin embargo, tal vez porque tengo poca imaginación, no se me ocurre nadie mejor que un hijo para velar por el patrimonio familiar. ¿Le censuraríamos al duelo de una pequeña panadería de barrio que enseñara su oficio al chaval para, en el futuro, que se encargue de sacarlo adelante? No. Pero es que la diferencia de clase implica una condición moral distinta. Las opiniones al estilo Caram se fundamentan en que los ricos son egoístas, en que ganan dinero mientras hay gente que muere de hambre y, sobre todo, se basan en la presunta maldad inherente al rico. Los pobres, por el contrario, son buenos. Tanto si Emilio Botín manipuló a políticos en su beneficio como si no, éste no es el momento de sacar la porquería de debajo de la alfombra. Los votantes de los partidos políticos que coleguearon con Botín (incluida IU) sancionaron lo que denuncian hoy.
Y por la misma razón el dinero no te hace mejor persona, pero tampoco peor, la falta de dinero no es determinante de la santidad de nadie. Ni eso ni el hábito.  
El Subjetivo: María Blanco. Profesora en la Universidad CEU San Pablo. Libertaria, hiperactiva y del Sur. 

P.D. La Universidad  llora la muerte de "un mecenas". "Lider carismático", le llaman. Y hay quien habla de "banderas a media asta" ¿No se pasan en elogios? Los políticos temen a los banqueros. Y una monja incontinente, no respeta el silencio de los muertos.
Se fue Botín, pero nos queda un Rato. De pérdida y ganancia está hecha la vida, pero siempre atravesada  por políticos y banqueros.