Los sudarios no tienen bolsillos
Comentario de la Profesora Martía Blanco
Con esta
frase de sor Lucía Caram, monja contemplativa dominica casi tan popular
en los debates políticos como Belén Esteban en el mundo del cotilleo, y
prácticamente con la misma preparación, queda resumida la carroña que se
está vertiendo en las redes sociales a cuenta del fallecimiento de
Emilio Botín.
Botín es culpable de ser padre, hijo, nieto y bisnieto de banqueros,
de ser multimillonario, y de ser amigo de políticos que le deben (todos)
favores de diferente índole. Pero además era dueño de un grupo bancario
que genera, a lo tonto, 180.000 puestos de trabajo directos. Yo
prefiero que fuera de España conozcan a Emilio Botín antes que a sor
Lucía Caram, para qué voy a engañarles. Era un señor que trabajó desde
muy joven y su empresa está saneada y funciona. También se ocupó de que
sus hijos, con capacidades diferentes, se familiarizaran con el negocio
familiar desde jóvenes. Por supuesto, tampoco ha caído bien que Ana
Patricia Botín sea la sucesora. Sin embargo, tal vez porque tengo poca
imaginación, no se me ocurre nadie mejor que un hijo para velar por el
patrimonio familiar. ¿Le censuraríamos al duelo de una pequeña panadería
de barrio que enseñara su oficio al chaval para, en el futuro, que se
encargue de sacarlo adelante? No. Pero es que la diferencia de clase
implica una condición moral distinta. Las opiniones al estilo Caram se fundamentan en que los ricos son
egoístas, en que ganan dinero mientras hay gente que muere de hambre y,
sobre todo, se basan en la presunta maldad inherente al rico. Los
pobres, por el contrario, son buenos. Tanto si Emilio Botín manipuló a
políticos en su beneficio como si no, éste no es el momento de sacar la
porquería de debajo de la alfombra. Los votantes de los partidos
políticos que coleguearon con Botín (incluida IU) sancionaron lo que
denuncian hoy.
Y por la misma razón el dinero no te hace mejor persona, pero tampoco
peor, la falta de dinero no es determinante de la santidad de nadie. Ni
eso ni el hábito.
El Subjetivo: María Blanco. Profesora en la Universidad CEU San Pablo. Libertaria, hiperactiva y del Sur.
P.D. La Universidad llora la muerte de "un mecenas". "Lider carismático", le llaman. Y hay quien habla de "banderas a media asta" ¿No se pasan en elogios? Los políticos temen a los banqueros. Y una monja incontinente, no respeta el silencio de los muertos.
El Subjetivo: María Blanco. Profesora en la Universidad CEU San Pablo. Libertaria, hiperactiva y del Sur.
P.D. La Universidad llora la muerte de "un mecenas". "Lider carismático", le llaman. Y hay quien habla de "banderas a media asta" ¿No se pasan en elogios? Los políticos temen a los banqueros. Y una monja incontinente, no respeta el silencio de los muertos.