domingo, 31 de mayo de 2015



      En Extramuros de la Universidad

Es la palabra más elocuente, mágica y alucinante que he escuchado referida al escrito de un Rector. Un veterano profesor, decano él, calificaba de “Ñoño” ese escrito ¡Qué riqueza de vocabulario tiene nuestro idioma castellano! Si hubiese utilizado otros términos, supuestamente sinónimos, como remilgado, melindroso, cursi o blandengue, no sería lo mismo. Ñoño ¿Cómo encontró ese sencillo y hermoso vocablo, ya obsoleto? La capacidad de este compañero para pronunciar la palabra oportuna en el momento adecuado es admirable.

Y si no, vean: Hace ya tiempo, el rector de la UMU publicaba un artículo en la sección de deportes de la prensa regional, con el título: Somos de Primera. He de confesar que no sigo al personaje, pero, mira por dónde, unos colegas acaban de enviarme el escrito de réplica a “Somos de Primera”, firmado por tres decanos. La prensa regional no publicó el ¿despropósito? de estos veteranos profesores, -miembros del Consejo de Gobierno-, que añadían al título inicial sólo una interrogación. Claro que no es fácil aceptar un escrito que interpela al rector además de fútbol, de su compromiso con la LOU, de los ataques sufridos por dos investigadores críticos con el PHN, de la financiación de la inversión, de las partidas para sufragar el gasto corriente, etc.; y acaban estos lúcidos y osados decanos: “¿Busca algo en los extramuros de la UMU?”

Cualquiera de los escritos de este rector, -hoy travestido en político-, no resistiría el filtro de cualquier medio de alcance nacional. Pero eso no quita para lo que expresan los decanos: “nuestro rector es uno de los personajes más conocidos del escaparate mediático regional”. Quiere decir que ha tenido que sudar la camiseta, aunque no ande muy fino en literatura.
Mira que he leído escritos de rectores a lo largo de más de treinta años en la Universidad Pública, y no he encontrado uno que resulte atractivo. Hace unos meses colgué en Internet el escrito del rector de Salamanca, (también “ex”), y hubo quien expresó su asombro ante aquella pieza literaria destinada más bien a sufridores o masoquistas. Yo había leído ya a varios rectores, incluido mi ex-alumno el rector de Elche, y en general me parecieron, rebuscados, incomibles, y en ocasiones vulgares. Es verdad que no encontré ninguno que pudiera ser calificado de “ñoño”, pero, se te caen de las manos. Desde entonces sólo leo a un Rector, el de “Venceréis pero no Convenceréis”. La riqueza del pensamiento de Miguel de Unamuno hace imposible que de su pluma pueda salir algo ñoño.

Propongo que se creen unidades para enseñar a escribir, sobre todo a los rectores de puerta giratoria, que “buscan algo en extramuros”. El lenguaje y el estilo literario, hay que considerarlo como lo que es: un tema prioritario, siempre y cuando se tenga algo importante que decir.

P. D
Hasta aquí lo que publiqué en su día. Pero se da la circunstancia de que  el autor de “Somos de Primera”, es ahora  Alcalde. Leo su entrevista, y me encuentro de nuevo con un discurso  Ñoño.