“No lo encontrarás”
Olivos Centenarios del Sur de Europa, son arrancados de cuajo y
vendidos como adornos para jardines, urbanizaciones, rotondas y campos de golf.
Un alto porcentaje no soporta el trasplante y muere por el camino. Pero el
negocio va en aumento, a pesar de
que cada vez quedan menos de estos árboles.
Un grupo de profesores de la Universidad de Murcia, estamos trabajando
para que se proteja a los viejos olivos. Mientras tanto, ¿habrá algún político en esta Murcia, -dejada
de la mano de dios-, capaz de proteger la vida de estas Criaturas Centenarias?
Ayer me escribía un Alcalde, -no es
de Ciudadanos, ni Socialista, ni mucho menos de Podemos. Es un Alcalde del Partido Popular:
“Totalmente de acuerdo con vuestras propuestas”, dice. “Lo difícil será, sin duda, encontrar un
político. Entiéndase que hablo de político en su sentido originario de gobernante de la polis (ciudad), de aquel
que presta un servicio público en los asuntos de gobierno de la ciudad o el
Estado. "No lo encontrarás José, están todos enganchados o pretendiendo engancharse”. Termina diciendo este alcalde.”
No me lo creo. Mejor, no puedo creerlo. Es “la desesperación de los olivos en el mapa de
Europa” que diría Machado. Los viejos olivares donde tan sólo cielo azul y
tierra dura existen…
Y mientras los señores del mercado y la motosierra hacen de las suyas, un grupo de
ciudadanos comprometidos con la Cultura, protegen a las Oliveras Centenarias,
hasta que los nuevos Regidores decidan cumplir con su
deber.
Nosotros las
cuidamos como si tuvieran
alma, que la tienen; y le damos un nombre a cada una para defenderles de
los señores del mercado y la motosierra. En el tronco de cada olivera de
Cortijo Blanco, con más de 300 años, hay una placa con su nombre: Atenea, Generosa,
Alborada, Galana, Santa, Airosa, Bella, Recatada, Licenciosa,
Delicia, Fortuna, Sultana, Areté, Betania, Encantada, Licenciosa, Aria, Henar,
Ángela, Diana, Aurora, Meona, Albina, Alezeya…