sábado, 2 de enero de 2021

 

 SEÑORITA NO, SEÑORA

 Alfonso  Guerra ha pasado de ser el compañero más ingenioso y capaz, a estar en el banquillo, acusado de machismo. Varias ministras, se despacharon a gusto, calificando el trato de “señorita” como una vuelta a la moral de la Enciclopedia Álvarez. 

¿Qué término es el adecuado para referirse a una mujer? ¿Y si es ministra? A mí me gusta el de “señora”. “La Señora”, ¡qué bien queda! Pero no está tan claro, porque te pueden decir, como me ha ocurrido a mí: “señora no, señorita”. Algunas mujeres quieren que les llamen “señorita”. 

¡Y si llevara razón Guerra, con la expresión desafortunada de señorita! No lo creo, porque en este caso se trata de una mujer madura, culta y con poder. Pero cómo llamarle, ¿ilustrísima, señora, excelencia, moza, tía, compañera...? El nombre, precedido de “doña” o de “tía” es lo que me gusta a mí. Lo aprendí de mi abuela: tía Carmen, tía Lola, tía María…, expresan ternura, cercanía y respeto, mientras “señoría”, “alteza” o “excelencia”, revelan, con frecuencia, hostilidad, desprecio o sorna.
Guerra cometió una falta: llamar señorita a una ministra, y además con retintín. Por favor, señorita no, señora. Lo de señorita hay que eliminarlo en el trato con la mujer, con cualquier mujer, aunque sea ministra. 

El mensaje que se transmite con “señorita”, es siempre despectivo.