sábado, 2 de enero de 2021

 

¿Qué ropa me pongo?

preguntó Catalina la Grande a su doncella horas antes de dar el golpe palaciego que le llevó a acaparar el poder imperial.

Quien va a salvar una patria no puede vestirse de cualquier forma. 
Napoleón, durante sus batallas, usaba camisa de color rojo. Pensaba que si era herido, no se notaría su sangre y los soldados seguirían luchando sin temor. Doscientos años más tarde, el Alcalde, viste de azul-marino. Se sitúa así, más cerca de Catalina la Grande. “El Gobierno de Murcia no es vasallo de nadie”, dice en sus declaraciones. “Todos los gobiernos de la Región, han ejercido su papel de manera fantástica”. “Cualquiera que se encargue del aeropuerto, lo hará bien”… Y lo dice sin inmutarse. Ni siquiera una lágrima para estas gestas tan emotivas.

Estamos ante un político adicto y piadoso. Y como queda dicho, en sus batallas, siempre usa el azul-marino. Es el color que mejor expresa el vasallaje. No le gusta el poder, pero es su sino.  

“Creo en la vida eterna”, dice en la entrevista. Y es que está predestinado a seguir manejando el presupuesto desde el Más Allá.  “Soy un hombre feliz” dice más adelante, sin ningún pudor… Y encima, se  confiesa como peligroso: “temible, cuando se sale de madre”, dice.