domingo, 22 de abril de 2012

Fraude en Bancos y Cajas

Se llama Manuel, tiene 70 años y el Banco se ha quedado con parte de sus ahorros. Metió su dinero a plazo fijo en la Caja, y ahora no puede disponer de él, porque las reglas de los mercados han cambiado. Manuel confió en el Director de la Sucursal, pensando que invertía en renta fija sin riesgos, y se encuentra con que su dinero está atrapado por un “producto” financiero al que llaman: “producto estructurado”.

 ¡Producto! le llaman estos inocentes banqueros a su mercancía. Pero, ¿qué produce un banco?, lucro, beneficio, ganancia…, para los bancos, claro. Y, ¿quién fue el creativo que produjo tan innovador “producto”? Cuando la crisis y la morosidad empezaron a generar problemas en Bancos y Cajas, un experto en finanzas encontró una solución para mantener la solvencia de las entidades: vender valores basura a los que llamaban astutamente “productos estructurados”. Se decidió comercializar el producto a través de la red de sucursales. La estrategia de venta funcionó, y miles de ahorradores confiaron su dinero, sin saber que en época de escasez, podía quedar retenido o perder parte de su valor.

 El “producto” es tan complejo que muchos no sabían lo que estaban firmando. La rentabilidad está supeditada a la obtención de beneficios y a los mercados. Y la inversión no está cubierta por el fondo de garantías de depósito. Es algo parecido a comprar acciones de la propia entidad, pero sin derecho de voto.

La Comisión Nacional del Mercado de Valores exigió en 2010, que se diera información adecuada y que se pasase un test de idoneidad a los posibles inversores, porque había descubierto malas prácticas en diversas entidades. Lo que los Bancos y las Cajas están haciendo, constituye un inmenso fraude. Les han colocado un producto tóxico a sus clientes, muchos de ellos jubilados, personas que no son inversores. Algunos ya han denunciado el hecho, a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.

 Manuel, cada mañana repasa su cartilla de ahorros, y en ella encuentra un incipiente trastorno depresivo. Miles de familias, están igual que Manuel, debido a unas entidades bancarias, que en tiempos de crisis les engañaron.

 Cuando llame el director de la sucursal de tu barrio, ofreciéndote un “producto estructurado”, ¡ojo!, corres el riesgo de caer en la trampa, porque la palabra “estructura” tiene un prestigio enorme.