jueves, 29 de noviembre de 2012

"Les voy a contar"   

Es encantador, magnifico, imprevisible…, y además nos quiere gobernar. Ha venido a Murcia, invitado por miembros del Pepé, mientras los directivos de su propio partido, el PSRM, le daban plantón. Presentaba, -arropado por el "Cardenal" Mendoza-, un libro les voy a contar”. Este es título de un texto infumable, que cuenta cosas que ya no interesan. Pues, déjenme que les cuente: el ex-presidente del Congreso de los Diputados, al parecer ya retirado de la vida política, quiere ahora ser Secretario General del PSOE y candidato a la Presidencia del Gobierno. De fuentes bien informadas, “les voy a contar” que algunos sectores minoritarios de su partido, quieren postularlo para que nos gobierne. Mientras este prodigioso acontecimiento tiene lugar, pueden disfrutar leyendo el “les voy a contar”. Sólo  cuesta 24.50 euros, que para los tiempos que corren, es muy asequible, ¡qué quieren que les cuente!  No puedo ocultar mi simpatía y admiración por el personaje; hasta el punto que he dedicado varias columnas de prensa a su versatilidad. Y me escribió. Sí, sí, me escribió Bono, con motivo de un artículo de opinión. Tuvo la gentileza de referirse al artículo que adjunto. Para no desmerecer, puse el título en latín, “In hoc, non laudo”,  ya que Bono se había expresado en latín al inicio de nuestra cariñosa controversia en el diario El País; “Homo tamen”, titulaba.

IN HOC, NON LAUDO (1)         

Siempre que su imagen aparece en televisión o habla en la Radio, da la sensación de que acaba de celebrar un pontifical y se dispone a impartir su bendición apostólica. No comunica estrés ni ajetreo descontrolado, sino actividad incesante, ininterrumpida, y siempre con sentido trascendente. Extremadamente habilidoso, con unos ojos grandes capaces de hipnotizar a los incautos, y un verbo suelto y complaciente pero de rancio abolengo que trasmite un subliminal mensaje: el poder sigue siendo propiedad de la derecha...

No me estoy refiriendo al obispo de Mondoñedo, y a su trabajo continuado en “defensa” de los matrimonios  gays a lo largo del verano. El hombre al que me refiero se llama José Bono Martínez. Se trata de un hombre bono, como su nombre indica, y también un gobernante eficaz. Pero a mí particularmente, se me antoja una reencarnación del espíritu de la Escuela Nacional Católica, es decir de aquellas gentes que representaron y siguen representando en la memoria de muchos “lo mejor”, que este país ha dado, “mi padre era falangista, yo soy socialista; pero yo no soy mejor que mi padre” ¿Qué nos quiere decir Bono?  ¿El contenido del cambio será hacerse falangista?

El veintiocho de Agosto, Bono hace unas declaraciones utilizando la frase latina “HOMO TAMEN..., y sin embargo hombre”, para hacer un panegírico del cardenal de Toledo  que acaba de morir. Don Marcelo González es un ejemplo a seguir, según se desprende de las palabras de Bono. Ya lo gritaba entonces los falangistas, guerrilleros de Cristo Rey y demás partidarios del dictador en el entierro de Franco, presidido por el obispo fallecido: Don Marcelo es el “obispo de España”, al tiempo que exigían “Tarancón al paredón”, refiriéndose al cardenal de Madrid.

Dónde estaba Bono cuando estos acontecimientos tenían lugar, y el TOP sancionaba a cuantos tenían la osadía de cuestionar al Autócrata, bendecido y apoyado hasta su entierro por el bueno de don Marcelo y ¿también de su “monaguillo bono”?. Nadie duda de la virtudes del arzobispo fallecido, ni mucho menos de las de José Bono, pero llama poderosamente la atención que el discurso del político, se parezca bastante al del presidente de la Conferencia Episcopal.

Se necesita mucho valor para pronunciar ciertas palabras hoy en día desde el partido del cambio. Bono, después de licenciarse en la Universidad de Deusto en el setenta, llegó más tarde al PSOE de la mano del profesor Tierno, pero, por lo visto, no acaba de encontrar el lugar, el momento y la medida. Pienso que hoy por hoy el partido socialista le queda pequeño a Bono. Entre las gentes de derechas y las de izquierdas, -utilizo la terminología convencional-, hay una diferencia que considero importante: los primeros tienen una memoria familiar, los segundos colectiva.

Con el debido respeto, ya que nos recuerda la frase latina tan divulgada Homines tamen, a propósito de don Marcelo, yo, ciudadano de a pié, tengo el atrevimiento de decirle, también en latín: IN HOC  NON LAUDO.
(1)     En esto no te aplaudo.