viernes, 7 de junio de 2013

Estancamiento

Vuelvo de viaje. Nunca me voy del todo, de esta tierra entrañable donde tan bien se vive. Pero el tiempo aquí parece haberse detenido. El Tranvía Regional está en vía muerta.

Cuando observo a la gente, o hablo con los amigos, mi ánimo recobra el sosiego, y empiezo a ver la realidad de otra manera: coraje ante el futuro, nuevas ideas, metas “inalcanzables”… Los ciudadanos de esta región, al menos los que yo trato,  están vivos, porque vivir es sentirse disparado hacia el futuro.

 A pesar de todo, me invade la impotencia al ver los mismos discursos, los mismos sillones, los mismos papanatismos. Y la principal cosa, que nadie nombra: El estancamiento. Es un síndrome típico de esta tierra. Aparentemente todo funciona, pero la realidad es otra. Fíjate en nuestra ciudad: los transeúntes pasan, los automóviles circulan. Mira las tiendas, los restaurantes, los cines, las oficinas. Todo funciona ¿Escuchas algún gemido?, ¿adviertes ruinas personales o familiares?, ¿dónde está el estancamiento personal, cultural, institucional? A primera vista, la vida continúa amable, entretenida, incluso erótica. La civilización regional, transcurre imperturbable.

Pero cada vez son más los ciudadanos decepcionados, los trabajadores quemados. En la Administración pública, por ejemplo, son pocos los que hablan con entusiasmo, y menos aún los que tienen una propuesta de futuro. Han perdido el interés, les falta motivación. Pienso que aquí reina un estancamiento ya secular, que conduce inevitablemente al aburrimiento. Existen demasiados signos de resignación ante un modelo de crecimiento insostenible e irresponsable.

Me cuesta creer que murcianos de dinamita, según la expresión del poeta, sean ahora tan flemáticos, indiferentes o sufridores como se desprende del Estado de la Región. Y por otra parte, no puedo aceptar lo que nuestros regidores expresan con el eslogan: “Murcia, que hermosa eres”. El déficit cultural que sufre esta región no es precisamente motivo para vanagloriarse.

En cualquier caso, creo que ha llegado  el momento de salir a la palestra y proclamar La  Propuesta de Futuro. Que alguien vaya a la plaza del pueblo y cuente a la gente las cosas como son. Después, que decidan ellos.
      
P.D.  Nueve de Junio,  día de la Región.