miércoles, 12 de marzo de 2014


Son palabras de Rector

“Lo estás haciendo muy bien…, lo estás haciendo muy bien…”.  Son palabras de Rector. Me sorprendió gratamente que todo un Rector, de forma reiterada y convincente, elogiara mi forma de actuar. Pero a continuación se rompió el idilio, con otra frase impropia: “porque no escribes”.

¿He oído bien? ¡Resulta que lo estoy haciendo bien porque no escribo!
Tal vez lleve razón este rector sufridor y ambivalente, al que siempre miré con buenos ojos. Yo llevaba dos meses sin publicar una línea, y mi vida académica era un remanso de paz. “Que no se diga, que no se sepa, que no se note”, eso es,  estilo universitario”.

Pero después, continué escribiendo. Y hoy, en medio de la tensión propia que genera el proceso electoral, un colega  bienintencionado  me  pregunta: Y ¿por qué escribes?

Puedo decirle que escribo por  varias razones:
PRIMERA. Escribir es para mí la única respuesta sensata a una situación intolerable.  He contraído el vicio de mirar la realidad, y necesito el escudo de la escritura para protegerme de ella. “Me curo de vivir en lo que escribo”.

SEGUNDA. Por el placer de incordiar, sólo posible con personas queridas. Escribir es lo único que puedo permitirme para garantizar mis mejores sentimientos. La relación con los amigos de ayer, que son los enemigos de hoy en algunos casos, me lleva a escribir historias, para comprender.

TERCERA. Porque un grupo de asiduos  lectores  me  refuerza  con  sus mensajes y  llamadas. Es verdad que sin  pretenderlo, se ha formado un círculo de lectores de entre diversos colectivos.

CUARTA. Porque quiero contribuir  al Cambio Social.  Mi compromiso, desde hace años, me lleva a crear opinión pública sobre temas que considero importantes,  aunque sean delicados.
  
Escribiendo,  pretendo  ayudar a unos,  incordiar a otros,  y   provocar la sonrisa de los más cautos.

Señor Candidato, dígame usted: Cuándo llegue a Magnifico Rector, ¿mandará de nuevo al Gran Inquisidor para que me calle?