lunes, 31 de marzo de 2014


“TODAS LAS DEUDAS SE PAGAN”

“Todos los plazos se cumplen y todas las deudas se pagan”, dice Zorrilla por boca de Don Juan. Por lo visto, hay deudas,  que aún no se han pagado. Varios colegas así lo afirman. Hablan de que con el concepto de “excelencia”, algunos “crímenes  voluntaria o involuntariamente pueden ser cometidos”. Creo que exageran. Claro que ellos hablan de “cadáveres en el camino”, no en sentido físico, sino académico, psicológico o político. A renglón seguido, piden que no dé su identidad, “dado que los envites recibidos no han sido, ni inventados ni pequeños”.

Pero es elocuente que quienes  escriben sobre las elecciones a Rector -que son decenas-, pidan no aparecer. Lo entiendo perfectamente. Estamos en una institución  miedosa, y esto se pega. Es como una enfermedad.  Por eso propongo  que se creen “unidades de tratamiento del miedo” en la UMU. El miedo hay que considerarlo como lo que es, un problema de salud.  En mi caso,  me relaja tararear: "Tengo miedo, mucho miedo, miedo de quererte….", (a la UMU, claro).

Pero, ¿es cierto que alguien ha dejado “cadáveres en el camino”? No me lo creo. Pero si es así, debe pagar sus deudas cuanto antes. De lo contrario se encontrará  con el Retorno de los Muertos: La víctima retorna amenazante una y otra vez.  No son invenciones mágicas o cuentos chinos, sino algo que tiene lugar en el mundo interno del agresor. Me estoy refiriendo a una persecución psicológica, y por lo tanto omnipotente ante la que no es posible escapar.

En la literatura, en el cine, y el arte en general,  aparece el fenómeno de forma persistente y reiterativa: Antígona con su insistencia en una demanda incondicional: el entierro apropiado de su hermano; el padre de Hamlet, que vuelve de la tumba con la demanda de que el príncipe vengue su muerte; y los acontecimientos traumáticos de la Guerra Civil, el Holocausto o el Gulag son casos ejemplares del retorno de los muertos. Las sombras de las víctimas, continúan persiguiendo como muertos-vivos.

Pero, ¿por qué vuelven “los muertos”? La respuesta es que no están bien enterrados. Su retorno materializa una  deuda simbólica. No hay más remedio que pagar esa deuda.  De esta forma “el muerto” queda inscrito en el texto de la tradición simbólica.

Post Data
Ajenos a estos planteamientos, los turiferarios de la UMU, ya han puesto en marcha el butafumeiro.