viernes, 11 de marzo de 2016


Pecadillos de Alcalde
Ya no hay problema. Mil setenta y un Misioneros de la Misericordia han sido investidos de poderes especiales: Durante el Año Jubilar podrán absolver los pecados hasta ahora reservados a la Sede Apostólica. Y entre los presbíteros autorizados, está un cartagenero.
Quiere decir que si has abortado, por ejemplo, -pecado reservado  a la Sede Apostólica-, quedarás limpio como una patena,  acudiendo a un misionero de la Misericordia.
Afortunadamente para alcaldes y alcaldesas, no se encuentran entre los pecados reservados el fraude, el blanqueo de capitales, el cohecho, la prevaricación, y la corrupción en general. Estos son “pecadillos” que pueden perdonarse con agua bendita o con golpes de pecho. En cualquier caso, no hace falta ir a Roma para recibir el espaldarazo de la Indulgencia Plenaria. Basta con un viaje a Cartagena.
Y por si fuera poco,  el Año Jubilar nos ha traído las reliquias de un santo, bastante santo. Se trata de una muestra de sangre del Papa Polaco; reliquias que ya descansan en Caravaca.
La sangre del santo servirá, no me cabe la menor duda, para limpiar las fechorías urbanísticas, (pecado no reservado), de personas piadosas, entre las que se encuentran los regidores de la  UCAM.
Como agua de Mayo llegan también las palabras del ordinario del lugar. Este obispo provinciano, que estudió lo justito, quiso desactivar los efectos psicológicos del desempleo con unas palabras maravillosas, pronunciadas desde Caravaca: “Si estás desempleado, no te preocupes. El Señor pondrá un Samaritano a tu lado para que te ayude”. Este obispo “sabe latín”,  y “dio en el clavo” al hablar no sin inspiración divina.
Por mi parte, ante esta  abundante lluvia celestial, “ya no tengo otro oficio que sólo rezar es mi ejercicio”.
P.D. Un discurso diferente el del Papa Francisco, cuando habla de llevar este año “la Buena Nueva a los pobres, proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos, y restituir la vista a los ciegos”.