Pecadillos de Alcalde
Ya no hay problema. Mil setenta y un Misioneros de la
Misericordia han sido investidos de poderes especiales: Durante el Año Jubilar
podrán absolver los pecados hasta ahora reservados a la Sede Apostólica. Y
entre los presbíteros autorizados, está un cartagenero.
Quiere decir que si has
abortado, por ejemplo, -pecado reservado
a la Sede Apostólica-, quedarás limpio como una patena, acudiendo a un misionero de la Misericordia.
Afortunadamente para
alcaldes y alcaldesas, no se encuentran entre los pecados reservados el fraude,
el blanqueo de capitales, el cohecho, la prevaricación, y la corrupción en
general. Estos son “pecadillos” que
pueden perdonarse con agua bendita o con golpes de pecho. En cualquier caso, no
hace falta ir a Roma para recibir el espaldarazo de la Indulgencia Plenaria. Basta
con un viaje a Cartagena.
Y por si fuera poco, el Año Jubilar nos ha traído las reliquias de
un santo, bastante santo. Se trata de una muestra de sangre del Papa Polaco; reliquias
que ya descansan en Caravaca.
La sangre del santo servirá,
no me cabe la menor duda, para limpiar las fechorías urbanísticas, (pecado no
reservado), de personas piadosas, entre las que se encuentran los regidores de
la UCAM.
Como agua de Mayo llegan
también las palabras del ordinario del lugar. Este obispo provinciano, que
estudió lo justito, quiso desactivar los efectos psicológicos del desempleo con
unas palabras maravillosas, pronunciadas desde Caravaca: “Si estás desempleado, no te preocupes. El Señor pondrá un Samaritano a tu
lado para que te ayude”. Este obispo “sabe latín”, y “dio
en el clavo” al hablar no sin inspiración
divina.
Por mi parte, ante esta abundante lluvia
celestial, “ya no tengo otro oficio
que sólo rezar es mi ejercicio”.
P.D. Un discurso diferente el del Papa Francisco, cuando habla de llevar
este año “la Buena Nueva a los pobres, proclamar la libertad a los
prisioneros y oprimidos, y restituir la vista a los ciegos”.