lunes, 14 de marzo de 2016


El Grito de un Olivo 

Oliveras Centenarias del Sur de Europa, son arrancadas de cuajo y vendidas como adornos para jardines, urbanizaciones, rotondas y campos de golf. Un alto porcentaje no soporta el trasplante y muere por el camino. Pero el negocio va en aumento a pesar de que cada vez quedan menos de estos árboles.  Es “la desesperación de los olivos en el mapa de Europa” que diría Machado.

La Comunidad Valenciana ha decidido prohibir el arranque de las oliveras centenarias. No ocurre lo mismo en  Murcia, donde todavía hoy se permite su desarraigo y venta.

Un grupo de profesores universitarios, estamos trabajando para que se apruebe una declaración que proteja a los viejos olivos.
Icíar Bollaín en su película El Olivo, refuerza nuestra petición. El protagonista de esta película es uno de los personajes más fascinantes del universo: un olivo. La historia de un árbol centenario arrancado de un Olivo del Bajo Maestrazgo, en el Mediterráneo, para ser trasplantado como adorno en Düsseldor, Alemania.

Drama, amor y humor en torno al problema del expolio de árboles milenarios. Así es El Olivo, que se estrenará el próximo 6 de mayo. Sólo el trailer ya es un canto en contra del arranque de los viejos olivos al señalar de ellos lo más importante. No son sólo árboles. Son paisaje, cultura, sentimientos, raíces, biodiversidad…

Y mientras los señores del mercado y la motosierra hacen de las suyas, un grupo de ciudadanos comprometidos con la Cultura, protegen  a las Oliveras Centenarias, hasta que los nuevos Regidores de la Región de Murcia decidan cumplir con su deber.

Nosotros  las cuidamos como si tuvieran alma, que la tienen; y le damos  un nombre a cada una para defenderles de los señores del mercado y la motosierra. En el tronco de cada olivera de Cortijo Blanco, con más de 300 años, hay una placa con su nombre: Atenea, Generosa, Alborada, Galana,  Santa, Airosa, Bella,  Recatada, Licenciosa, Delicia, Fortuna, Sultana, Areté, Betania, Encantada, Aria, Henar, Ángela, Diana, Aurora, Meona, Albina, Alezeya… 

Estas Criaturas Centenarias hablan. Son árboles que se retuercen y gritan. La visión de un árbol caído, abatido, resulta inquietante para la mirada humana. Una excavadora arrancando de raíz los olivos centenarios es, además de una barbaridad ecológica, una profunda humillación que se lleva todo por delante.