lunes, 23 de enero de 2017



El Poder del Aceite

Fui invitado a dar una conferencia en el Ministerio de Economía a los funcionarios de inspección tributaria, sobre Riesgos Psicosociales en la Actividad Laboral; y comencé la conferencia con estas palabras:

Triste es no tener amigos, pero más triste es no tener enemigos. Ustedes tienen amigos, y ese es su principal patrimonio; y en muchos casos el único. Pero algunos de ustedes tienen también enemigos y eso les honra; si es que la enemistad se debe a su profesionalidad, y al hecho de ser incorruptibles.

Me recordaba el heterodoxo profesor Ramos de Salamanca, las palabras de su polémico Rector en el Paraninfo, ante la presencia de aquellos “angelitos”:  Venceréis pero no Convenceréis. Después del 31 de diciembre de 1936, ya no ha habido más rectores en Salamanca ni en  ningún  otra universidad de nuestro país. Me refiero a rectores con mayúscula, como fue el caso de Miguel de Unamuno.

También me recordaba cuando un Maestro -Fray Luis de León- fue privado de su cátedra, y al despedirse se lamentaba: “Sé que han dicho algunas cosas de mí que son mentiras manifiestas, y sé que tengo muchos enemigos”.
Pero no es nuestro caso, ni la Reunión de Siglo XXI es una reunión sólo de profesores universitarios.  Siglo XXI con la Cata del Aceite de Oliveras Centenarias, es mucho más: Es una reunión de amigos que además del placer de estar juntos, tratan de poner en común algunos aspectos de la vida social, cultural y política que necesitan de un abordaje nuevo en nuestra Región.

Estamos preocupados y desconcertados con lo que está ocurriendo en esta Región: en la Justicia, en la Universidad, en la política regional. No podemos empeorar más. Lo que estamos viviendo es una experiencia vuelta al revés.  Alguien se ha vuelto loco. Pero ¿y si fuéramos todos locos?; entonces ya no es locura, me dice el psicoanalista. Una locura cualquiera, deja de serlo en cuanto se hace colectiva. Está loco el que está sólo. 

Por mi parte, libre de prejuicios, me hago preguntas: nuestros representantes, en el gobierno o en la oposición, ¿es cierto que son “ingenuos”, “mediocres”, “incompetentes”?  Empiezo a sentirme mal. Estamos pasando por una metamorfosis; la farsa y la tragedia ocupan el escenario al mismo tiempo. Menos mal que estos políticos, gracias al Jubileo de Caravaca quedarán limpios como una patena.

Mientras tanto, nosotros, enfrascados en el Placer y en el Poder que da el Aceite, podemos ser la Fuerza de la Esperanza. La investigación del comportamiento humano, a la que he dedicado más de tres décadas, pone de manifiesto que la fuerza de quien de verdad cree en algo con el corazón, es enorme.  Gracias

CATA de dos Aceites. Siglo XXI 20 de Enero, 2017.