sábado, 28 de enero de 2017



Prima ómnium arborum est

Al-Udri, cronista árabe, cuenta que existía un olivo junto al castillo de Miravete, en la jurisdicción lorquina, que florecía siempre la última noche del mes de Abril; y en el transcurso de la misma, antes de llegar a la alborada que daría paso al primer día de mayo, ya se habían formado las aceitunas.

Era tal el número de personas que acudían en romería a presenciar el prodigio que se decretó talar el olivo, pero este rebrotó.

Post Data
No sé si tiene algún fundamento lo que relata Al-Udri, pero lo cierto es que la olivera tiene una fortaleza enorme. Bien podríamos aprender de ella para hacer frente a las dificultades de la vida.