lunes, 23 de enero de 2012


GARZÓN y los "pinochets"


Siguen hablando de Pinochet, y tal vez por mucho tiempo. Cuando Víctor Jara tuvo el atrevimiento de cantar “te recuerdo Amanda” junto a la portería del estadio de fútbol de Santiago de Chile, ¡por última vez!, ante aquella multitud de “convocados” por Pinochet, no sólo a Pablo Neruda sino a muchos otros se les heló el corazón. Después ya saben: torturas desapariciones, muertes, y la economía chilena que despega con el apoyo americano de Kissinger.

¡Qué coincidencia! Tres recortes de prensa se han juntado por su cuenta. Uno se titula Envueltos en la memoria; otro Diván: Clemente García, la memoria autonómica, y el tercero Congelados. Los he cosido con una grapa.
Siguen hablando de la memoria de los mayores en Jumilla esta semana por aquello de “aprender a envejecer”. También Luis Otero cuenta otra vez recuerdos de mi infancia: Mi mamá me mima. Yo también ahora recuerdo mi estancia en “el Chile de Pinochet” hace tres años, el último viaje a “la Cuba de Fidel” hace tres semanas; y, ¡qué coincidencia!, una psicóloga en “su Diván”, a través de la Opinión, trae a mi memoria -por aquello de la asociación libre-, el “bando” de un alcalde de Murcia en septiembre de 1975, convocando a los murcianos a dar su apoyo a otra sentencia: Sánchez Bravo, García Sanz, Baena, Txiqui, Otaeguy. Ellos siguieron la misma suerte que Víctor Jara, ¿recuerdan?

Siguen hablando de la portería del Bernabeu, de un córner-mediogol, del entrenador y también del árbitro. Cuando el comandante Fidel declaraba que no conviene juzgar a Pinochet, muchas televisiones europeas lo dieron; ¿dónde había espacio, dónde había tiempo, no digo ya en Europa sino en América, para nombrar de esta forma a quién ahogó la canción “te recuerdo Amanda”? ¡Qué malas pasadas nos da la memoria!, y los psicólogos empeñados en que la gente cultive, ejercite y mejore su memoria.
Claro que no se puede comparar una cosa con otra, Murcia o La Habana con Santiago de Chile, qué duda cabe. Pero yo veo rodar el balón, como la risa de muchos de mis amigos, a puntapiés, mis buenos amigos que “lamentablemente” tienen memoria, que ya no esconden sus recuerdos, que sonríen a pesar de las arrugas, y les resulta casi imposible olvidar.

Cuatrocientos millones de personas contemplan el partido, según la CNN. ¿Os dais cuenta? Me han dado ganas de salir al césped con una gran pancarta en todos los idiomas que dijera muy fuerte: tengo muchos amigos que no te olvidan, Pinochet.
Tal vez algunos sonreirían casi sin darse cuenta; y su sonrisa me acercaría más a los cuatrocientos mil millones de amigos míos, que esta mañana y esta tarde y siempre, tienen muchos recuerdos, y quieren como sea, donde sea, que se les pida cuentas a todos los "pinochets".

Post Data. Aquí necesitamos un juez, pero no un juez cualquiera. Un juez con arrojo , porque se trata de “peces gordos”. Que venga el Juez Garzón, (déjenme soñar), y ordene su búsqueda y captura.

(Este artículo ha irritado a algunos)