MALDICIÓN DE ALCALDE
La “condena” pronunciada contra los subsaharianos por los alcaldes, tiene un carácter de maldición. No sé si soplaba el siroco cuando un avión llegaba desde Canarias al Aeropuerto de San Javier con inmigrantes. Sin duda en la Región de Murcia a esa hora se había extasiado esa humanidad característica de los alcaldes de la zona con el uso de la vara, que habían estado varios años sin usar.
La prensa nacional daba una
noticia de alcance que quiere ser solución: “El
Alcalde de Murcia da orden de detener a los subsaharianos”. Al leerla me
dije, este alcalde tiene un plan.
Mientras, el edil de San Pedro
del Pinatar, con mejores sentimientos,
les obsequia con un “paseo” en autobús
hasta la misma sede de la Delegación del Gobierno; porque hay que “dar al Cesar lo que es del Cesar”.
Después comparecen los ediles de Torre Pacheco, Fuente Álamo,
San Javier y sobre todo la Alcaldesa de Cartagena hablando de “humanidad”,
“trato vejatorio”, “clima de
tolerancia”... con una unción que
encoge el alma. ¡Qué escenas tan llenas de ternura! Algunos apelan incluso a “Jesús
Abandonado” que nunca estuvo tan desvalido.
Pero ¿de quién son los inmigrantes? ¿Del Cesar o de Dios? El asunto empezaba a cobrar tintes
paranormales. Y todos compiten y
rivalizan en proponer soluciones “políticas”,- nunca mejor dicho-, al problema
de la inmigración.
Las reacciones han dejado al
desnudo el alma murciana: vengadores, compasivos, resentidos, generosos, hipócritas,
magnánimos o empecinados los ciudadanos
van emitiendo su veredicto sobre inmigrantes y alcaldes. Cada murciano es un tribunal de
apelación. Aquellos que apoyaban el acuerdo entre populares y el Gobierno
Canario, son ahora los más justicieros. Y los otros, que han prometido ordenar lo que estaba en
desorden, tienen que tirar de hemeroteca para recordarnos que el origen oculto
de los hechos viene de lejos. Así es la almadraba para pescar “atunes del Mar Menor”.
La experiencia solidaria del ladrillo, de los alcaldes que han salido a la palestra,
-todos con el mismo signo, -¡ya es casualidad!-; ha convertido a “Murcia Acoge” en una entelequia. La inmigración tiene carácter de maldición.
Post Data
Leo en el País hoy 16 de Junio: “Los
inmigrantes se convierten en chivos expiatorios de la Crisis… Las palizas a inmigrantes
son algo cotidiano, y los matones organizan patrullas en los barrios”. Y más. “Miedo, balas y neonazis andan sueltos”
titula el periódico. Está hablando de Grecia. Pero “España no es Grecia”, expresan a coro los políticos (todos), esta
vez con voz ahuecada. No me tranquilizan las declaraciones de estos políticos
que cada día dicen una cosa diferente, como si fueran banqueros.
Esta mañana, a punto de llegar al
barrio de la Flota, me dice el taxista: “Don José, (y por qué no me llamará Pepe, mira que se lo he dicho
veces), las cosas están muy mal, y peor
que se van a poner. Pronto estaremos como en Grecia”. Hombre, Manolo, no me asustes,
que quiero pasar este fin de semana relajado.
Me habla de la necesidad extrema en
que se encuentran algunas familias, del Aeropuerto de Corvera que él considera
innecesario, del Tranvía que va a la Nueva Condomina. “Mire usted, mire usted por donde viene el tranvía, trae a cuatro
personas, y sabe usted lo que ha costado?... ¿Y del Alcalde qué me dice?...
Llego a casa, y me tumbo en el sofá, ¡es demasiado para el cuerpo! Una imagen queda fija en mi cabeza: inmigrante, inmigrante, inmigrante… Aquí en Murcia acaban de pegar a uno inmigrante, y esto no es tolerable. Déjame que diga, al menos como desahogo: ¡Un inmigrante es como un murciano, si no más!
Llego a casa, y me tumbo en el sofá, ¡es demasiado para el cuerpo! Una imagen queda fija en mi cabeza: inmigrante, inmigrante, inmigrante… Aquí en Murcia acaban de pegar a uno inmigrante, y esto no es tolerable. Déjame que diga, al menos como desahogo: ¡Un inmigrante es como un murciano, si no más!
Pero ni yo mismo me lo creo. La
inmigración tiene carácter de maldición.