LA CARTA
DE CASELLES AL RECTOR DE MURCIA
Pepe Caselles
dirige una Carta Abierta al Rector, en la que aborda algunos de los males que la
política de Recortes del Gobierno del PP está ocasionando a la Universidad.
Estoy de acuerdo en muchos de los extremos de su escrito, pero discrepo de
otros, como el referido a la investigación.
Tal vez lleve
razón Caselles en su caso personal, pero hay otras muchas situaciones, donde no
se ha publicado nada de nada en treinta años; no se han dirigido tesis doctorales;
no se han realizado proyectos de investigación, y por supuesto no hay ni un mal
sexenio que llevarse a la boca. No creo que sea un honor no tener sexenios: “No tengo sexenios, ni vivos, ni muertos, ni germinados”, dice Caselles.
Esto
no es motivo para vanagloriarse. Cuando un profesor de universidad, -funcionario
de carrera-, no investiga, debería pasar automáticamente a ser profesor de
enseñanza secundaria, donde no está prevista actividad investigadora alguna.
Dice, este
bienintencionado profesor, al Rector “Llévate la mano
al corazón y respóndete sinceramente…
¿Quién soy yo y para qué estoy aquí?”... No deja de ser una consideración piadosa, como
las que acabo de escuchar al Juez Dívar. Y para más INRI pide Caselles, que el Consejero de Universidades y Portavoz
del Gobierno regional, José Ballesta, “defienda
la calidad de la UMU con la misma pasión y sensibilidad con la que habló a
miles de familias en los actos de graduación que presidió durante sus ocho años
de Rector”.
Esto último me llega al alma ¿Pasión
y sensibilidad? Háblale de aeropuertos en paro, de carreteras
prescindibles, fondos públicos gastados con frivolidad, deudas contraídas por
la universidad durante su mandato, de misteriosas publicaciones durante la
excedencia..., y tal vez encuentres la respuesta a tus demandas de calidad.
En este
sentido, te propongo, amigo Caselles, que pidas una Comisión de Investigación que
estudie la gestión económica del mandato rectoral de este versátil e
incombustible político. Yo también lo
haré. En una situación de grave crisis -donde tanta gente lo pasa mal-,
todos los cargos deben rendir cuentas, desde el Juez Dívar al Rector Ballesta.
A continuación, subrayo
algunas fragmentos de la Carta, dignos de ser analizados:
¿Por qué no lo dijiste antes:“…/… Después de tantos años de servicio atento, me siento humillado,
rebajado, castigado… Libre y voluntariamente, por razones que
comento a continuación, decidí no solicitar sexenios (no tengo sexenios, ni
vivos, ni muertos, ni germinados). Qué bueno sería que este profesorado
especialmente beneficiado (de manera doble o triple: complemento económico por
sexenios, valoración de la actividad y reducción de créditos por el RDL) se
solidarizase.
¿Por qué no solicité sexenios? Por algo parecido a un sentimiento y convicción
de objeción de conciencia. Este
mecanismo de evaluación de la actividad del profesorado me parecía y sigue
pareciendo perverso. Genera perversiones en el mismo proceso investigador,
condicionándolo a la búsqueda del deseado impacto, al te cito me citas, al pago
de la publicación, etc."
Una consideración piadosa: “Entre las últimas publicaciones de
Erich Fromm antes de su muerte, experto en sociología y psicoanálisis social,
encontramos ¿Tener o Ser? Llévate la mano al corazón y respóndete sinceramente…,¿Quién
soy yo y para qué estoy aquí”.
Una ingenuidad insufrible:
“Si tienes la posibilidad de
dialogar con el anterior Rector, D. José Ballesta, anímale a que se posicione
claramente en defensa de la UMU desde el cargo político que ostenta. Como
médico conoce perfectamente el juramento hipocrático: primun non nocere (lo
primero no hacer daño)… Recuérdale que estas tres dimensiones de la salud
empiezan a verse muy resentidas en la UMU. Anímale a que defienda la calidad de
la UMU ante el Equipo de Gobierno Regional del que forma parte con la misma
pasión y sensibilidad con la que habló a miles de familias en los actos de
graduación que presidió durante sus ocho años de Rector”.
Con el respeto
y afecto que tengo a los promotores de la Carta de
Caselles, he de manifestar que no llegarán muy lejos. Esa carta constituye un
ejemplo de cómo no hay que dirigirse a quienes ocupan cargos de poder. Se puede
denunciar, acusar, defender, explicar, recurrir, luchar…, pero nunca suplicar ¿Tan difícil es aprender de los Indignados?
POST DATA:
Corren malos tiempos para la Universidad. El Gobierno de España carece de sensibilidad para aportar los recursos que requiere la investigación ¿Qué va a ocurrir en el futuro, sin medios, sin condiciones, sin motivación? Estos políticos sólo entienden el lenguaje de los Bancos. Y una universidad que no investiga, no es una universidad.
En estas circunstancias, ¿qué puede hacer un Rector?