MEDIOCRES
Con
frecuencia, en el círculo íntimo de las personas que tienen poder se ven
personajes mediocres o realmente insignificantes. La técnica con la que estas
personas hacen carrera puede observarse por ejemplo en la Universidad. Es el caso
de quien científicamente no vale mucho, pero es servil. El “barón universitario” se acostumbra a verlo a su alrededor, a darle
las tareas más desagradables, y ya no puede prescindir de él. Lo recompensará más tarde.
Siempre hay alrededor del poderoso, numerosos
postulantes. Están a su alrededor,
pacientes, insistentes. Un día el Candidato, se encuentra con dificultades,
necesita ayuda y se dirige a uno de ellos. Éste no pide nada, haría cualquier
cosa que se le pidiera. Así empieza la relación. El poderoso, no lo estima, no
lo aprecia, lo utiliza.
Pero
puede haber también otras razones: hay poderosos que tienen miedo a integrar su
círculo más íntimo con personas
inteligentes o autónomas. Unos porque no quieren que les contradigan.
Otros porque desean ser admirados. Y en otros casos, simplemente por pereza. No
quieren discutir y volver a discutir los problemas; es más cómodo estar rodeado
de mediocres.
Muchos
de estos aspirantes están preocupados solamente por su puesto ¡Y no veas el
impacto que tiene la función de estos mediocres, trepas o aprovechados!
Y
lo más grave, la propia institución queda atravesada por la mediocridad. Mediocre
es una institución que permite, fomenta y celebra el triunfo de los mediocres.
Hemos
creado una cultura en la que los mediocres son los primeros en ser ascendidos,
los que más se hacen escuchar y a los que votamos, sin importar lo que hagan.
P.D. Leo las
declaraciones de la Consejera de Educación y Universidades hoy en la Verdad
(04-09-16). Aquí tienes, querido Fabio, un modelo a seguir para los mediocres.