Conversaciones con Fabio
Cada vez más, amigo Fabio, te pareces al Quijote. "No
pene usted que no hay mal que cien años dure o tiempos vendrán que los actuales
te parecerán el paraíso". Llevas razón porque peores tiempos ya los he
pasado.
Con motivo de lo ocurrido en el PSOE, y de que mi voto
“socialista” (esta vez sí les voté, anteriormente lo hice a Podemos), haya
servido para que Dolores de Cospedal sea Ministra de Defensa, y otros del mismo
corte administren vidas y haciendas, te pregunté en una de esas gratas
conversaciones de fin de semana : ¿Qué puede ayudarnos a
"supervivir", cuando nos roban la hacienda, la casa, el caballo y “la
pistola”? hasta el estado de ánimo?
Recuerdo tu respuesta: El Aceite y el Vino. Entiendo que con moderación.
Sé de tus conocimientos sobre el vino, amigo Fabio; yo soy un aprendiz a tu lado. Y me envías un texto de Omar,
que entre otras cosas dice lo siguiente:
Todos los reinos de la tierra por un
vaso de vino!
¡Toda la ciencia de los hombres por la suave fragancia del mosto
fermentado!
¡Todas las canciones de amor por el grato murmullo del vino que llena
nuestras copas!..
Pero en Aceite, el especialista soy yo. No te voy a contar mi amplio curriculum en la materia, desde que
tenía tres años, acompañando a mi abuelo. La producción de aceite entonces,
era considerable, y vivían de la venta de trigo y aceite.
Durante la guerra, -me contaban-, iban los anarquistas de vez en cuando, (mi madre estaba afiliada a la CNT), y se llevaban aceite y trigo para la organización. La generosidad de mi madre era proverbial.
Durante la guerra, -me contaban-, iban los anarquistas de vez en cuando, (mi madre estaba afiliada a la CNT), y se llevaban aceite y trigo para la organización. La generosidad de mi madre era proverbial.
Con estas historias, lo que quiero decirte es que los que aclaman a Donald Trump, pronto se darán cuenta del engaño. Cundirá
la desesperanza, antesala del suicidio. Es
grave, muy grave lo que está ocurriendo.
Nosotros, mientras tanto, con un factor protector de primer orden: el Aceite y el
Vino. Y otra vez El Quijote:
"Qué piensas de esto, Sancho? Hay encantos que valgan contra la
verdadera valentía? Bien podrán los encantadores quitarme la fortuna, pero el
esfuerzo y el ánimo será imposible".