domingo, 6 de diciembre de 2009

Y en esto llegó el Fiscal

Cuando las Instituciones no funcionan,
los ciudadanos no tenemos más remedio
que salir a la Palestra.

Quiero que me entiendan bien. Vaya por delante el respeto y la consideración que las autoridades merecen, pero lo palpo en la calle, se nos quiere confundir y eso es inaceptable y produce indignación. Incluso algunos periodistas de medios regionales mordieron el anzuelo y sólo informaban de lo oficial. A estas alturas, seguimos sin saber por qué el alcalde no visitó San Esteban, -el alcalde no está, escribí entonces-; por qué se confeccionaron informes que distorsionan la realidad; por qué se tomaron decisiones tan torpes e irregulares; por qué esa “pertinaz sequía” de comunicación, precisamente desde la sede del “agua para todos”.

Veamos la película en la que se comportan como niños interesados: podemos visualizar a nivel imaginario en primer lugar a un tal Cruz, en pañales, jugando con casitas de barro en un poblado árabe junto al desierto, (¡qué bien me vendría ahora el hormiguero de Canal Cuatro!), al Alcalde Cámara con un fardo de informes irregulares, al presidente Valcárcel en procesión de silencio hasta ver si escampa, al Rector de Obras Públicas asesorando cómo meter la mano sin que se note; a los arquitectos de la Comunidad Autónoma “cavando zanjas en el camino de Santiago” para justificar la destrucción del yacimiento; a la Generala presidiendo la función e inclinándose después para recibir la medalla de patrimonio cultural, eso sí una vez finalizadas las obras. No sigo, en la lista estamos todos, también los que dejaban hacer pudiendo avisar a tiempo, o quienes entretenidos con "la excelencia", mirábamos nuestro ombligo de universitarios, cuando es sabido que “todos los ombligos son redondos”, y que la universidad alejada de la realidad nunca será excelente. Pero la pregunta clave para entender este galimatías sobre el expolio del yacimiento árabe más importante de Europa, es quiénes son los beneficiarios de unos intereses económicos que sin duda alguna existen.

“El Alcalde no está en San Esteban”, titulaba hace unos días. Hoy escribo: el Fiscal sí está en San Esteban. Esta noticia nos llena de esperanza: “la Fiscalía abre diligencias por las obras de San Esteban. El ministerio público investigará si se dañaron los restos árabes, tras la denuncia de la Plataforma por la defensa del patrimonio”.

Ahora ya sólo necesitamos un juez, pero no un juez cualquiera. Un juez con arrojo y bien armado, porque se trata de "peces gordos". Yo voto porque venga el juez Garzón (déjenme soñar) y ordene la búsqueda y captura de los regidores responsables del expolio, del Consejero de Cultura, también de los arquitectos que distorsionaron la realidad, de los políticos que se quedaron en sus despachos mientras la gente estaba en la calle a media noche tramitando las denuncias ante el Seprona; de los que llevan importantes intereses económicos en el expolio; de los universitarios que no se enteran o no les importa la Ciudad Árabe…

Hay situaciones en las que no tenemos más remedio que reaccionar; y la más importante es cuando quien gobierna pierde la dignidad y la decencia.