( Miércoles16 de Enero a las 13 horas en el Campus de Espinardo)
Un Decano con la Camisa Negra
Juan ¡hijo!,
he leído tus artículos sobre la “pobreza ambiental” de la Región, y me he
quedado de piedra. Nunca pensé que te apuntaras tú también a la “política
del ladrillo”. Estoy de acuerdo con los elogios que haces sobre los “centristas”, y con la defensa de los “cuartos” concedidos “al estamento religioso”. Pero decir que
lo del general es un “saludable desahogo”,
me parece demasiado.
“No es obligatorio ser de izquierdas ni de
derechas”, señalas más adelante, “grises
son los colores, objeto de mayor contemplación”. Hablas como un libro
abierto. Hoy la izquierda casi no existe, y la derecha va a menos; todo es
gris. El gris está de moda. Pero no me queda claro lo que significa para ti
esta terminología, porque ya no se lleva. Históricamente se quiso con ella
marcar una diferencia importante: los de derechas tienen una memoria familiar,
los de izquierdas, colectiva.
De siempre he
tenido curiosidad por tus escritos, dejándome llevar por el afecto, más que por
las ideas; ya que, como muy bien sabes, nuestra forma de ver las cosas es distinta y distante, vaya como ejemplo la
valoración de nuestro patrimonio natural. Con motivo del lamentable accidente,
publiqué un artículo, titulado “¿un fallo
humano?”, en el que decía entre otras cosas lo siguiente: “…el drama personal que subyace en personas
tan conocidas y queridas…, nos lleva a tener que decir No a la sensibilidad de
algunas instituciones públicas; no a quienes muestran una responsabilidad
social y política tan deficiente…”
Tú sabes muy bien quiénes son los responsables políticos del momento,
¿de color gris?
Sin embargo
reservas en tus escritos el color negro para el profesor Ángel González, por el simple hecho de estar en el otro “bando”. Escribes sin empacho, cosas
como estas: “A lo mejor es el color
oscuro, apagado y negro, el que tiene
que ver, bien con el fascismo, bien con la Ezquerra republicana…un personaje capaz de cualquier cosa… cara al sol y con la camisa
oscura, pero con la música de Juanes”. Ya no acierto a descifrar lo que
escribes; la “camisa negra” del
cantante colombiano es un mensaje de amor, no de política trasnochada, ¿o no? A
mí me encanta escuchar a Juanes y sobre todo vestir de negro en esta Murcia
profunda y gris.
Pensé que
serías crítico con la gestión pública de los más influyentes, pero te has
convertido en su valedor. Los “personajes”
a quienes apoyas, de forma tan desinteresada, se me antojan una reencarnación
del espíritu de la
Escuela Nacional Católica; de aquellas gentes que
representaron en la memoria de muchos lo “mejor”,
que este país ha dado, ¿qué color darías al cuadro?
“A los
que son tontos les muestro mi desdén…, nada más peligroso que un tonto empeñado
en tomar decisiones”. No sé muy bien a quien te refieres porque hablas del “talante”, de los “homosexuales” y de “Benedicto
16”;
creo recordar que a este último lo salvas. En cualquier caso, es cuando menos
sorprendente que todo un decano utilice ese vocabulario sin que el colectivo de
profesionales al que representa, no diga ni pío. En adelante debes usar “discapacitados” que es el término de
moda.
En
fin, se necesita mucho valor para pronunciar ciertas palabras desde la “inteligencia ¿fracasada?”. Ningún “centrista”, -gris por supuesto-, podría
imaginar un decano con la camisa negra, convertido en el árbitro de la política
regional, y sin la música de Juanes.